Juicio Político a Consejeros del IFE
y Magistrados del Tribunal Electoral
Por Fausto Fernández Ponte
Trátase, desde luego, de promover que sean sometidos a juicio político los consejeros del Instituto Federal Electoral y los magistrados del Tribunal Electoral.
Por lo pronto, la bancada del Partido de la Revolución Democrática en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, resolvió, mediante un punto de acuerdo, andar ese camino.
El sustento constitucional de esa acción --que las bancadas de la Coalición en el Congreso de la Unión deben apoyar-- son los artículos 76, 109 y 110 de la Carta Magna.
Invitaríamos al caro leyente a hacerse de un ejemplar --son ediciones modestas-- de nuestra Constitución Política y leer cuidadosamente esos artículos aquì citados.
¿Por qué la ALDF no promovió llevar a juicio político al Presidente de la República, Vicente Fox, y al Presidente Electo impuesto por fraude electoral, Felipe Calderón?
Ignóranse las razones de ello, pero una suposición educada nos daría una respuesta posible: el fallo del Tribunal Electoral es constitucionalmente inatacable.
Por otro lado, el Presidente Fox se ha convertido, desde meses atrás, en un lame duck, expresión de origen estadunidense que denota a un mandatario ya sin poder real.
Y como lame duck --literalmente, pato inválido--, don Chente espera su hora, mitigada su impaciencia con Prozac, la droga mágica que indúcele a ver la realidad color de rosa.
Es obvio que el camino judicial emprendido por la bancada del PRD en la Asamblea tiene atajos engañosos, trampas y campos minados y laberintos de complicidades y consignas.
Pero es imposponible emprender esa andadura. ¿Motivos? Imperativos de principio, aun a sabiendas de las complicidades y las consignas del poder establecido.
Ese poder, como bien sabríalo el caro leyente, se representa en las instancias del Estado --la ejecutiva, la legislativa y la judicial-- puesto al servicio de los ricos.
Los ricos son, pues, una élite --la plutocracia-- que influye de tal guisa en el Estado y sus instancias diseñan y aplican políticas para beneficiarlos.
Y ello, por definición, es opuesto al interés general y, concretamente, al interés del pueblo, conformado mayoritariamente --unos 60 millones-- por los pobres.
Esta concatenación de premisas nos llevaría a la conclusión insoslayable de que un gobierno de ricos que sólo actúa a favor de ellos es un gobierno contrario a los pobres.
Y como esos pobres son, como ya se dijo, los más, resulta que con arreglo a la lógica el Estado --y el gobierno propiamente-- se desempeñan agraviando a la mayoría.
Así, a los millones de pobres traspusieron el umbral de clase y condición pues se les indujo a votar por don Felipe como opción mejor que la de Andrés Manuel López obrador.
La inducción tenía por roseta la descripción mediática del señor López Obrador como un "peligro" para México, pues nos arrebataría nuestros bienes y propiedades y nuestro dinero.
Sin embargo, esa inducción de la conducta electoral no fue suficiente. El señor Calderón y don Chente acudieron al fraude electoral. No confiaban en el voto de los pobres.
Pero el fraude fue posible mediante la complicidad de los consejeros del IFE y los magistrados del Tribunal Electoral, cuya conducta violó la Constitución y leyes secundarias.
Las maniobras aviesas --y torpes-- de los consejeros conculcaron facciosamente los imperativos de imparcialidad, independencia y transparencia del cotejo comicial.
Los magistrados, en su turno, calificaron la elección conforme a un criterio que desestimó la primacía de la Constitución sobre leyes secundarias. El fallo fue dudoso.
Y fue dudoso por múltiples razones. Pero la razón central es la de que los magistrados justificaron mediante trapecismo pseudojurídico el desenlace espurio de su calificación.
Ello le da lógica jurídica a la acción de la bancada del PRD, mayoritaria, en la ALDF. Trátase de abrir otro frente de activismo en la resistencia civil pacífica. Y constitucional.m
Glosario:
Aviesas: al revés, puesto al contrario.
Espurio: falso, engañoso.
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