miércoles, septiembre 13, 2006

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

La Salida

Por Fausto Fernández Ponte

I
¿Cómo salir del atolladero --la crisis-- en el que se halla el poder en México? Para los mexicanos lúcidos --que son no pocos-- la solución es sencilla.

Y esa solución es la de que los personeros del poder --tanto el formal, el del Estado, como el fáctico-- sean honestos consigo mismos. ¿Vana ilusión? ¿Sueño guajiro?

Puede ser. Pero esos personeros del poder tienen que conciliar su realidad con la de otro poder abrumadoramente insoslayable, por real, que acaba de entrar en escena.

Trátase del poder popular. Sí. El poder del pueblo. Un poder burlado siempre que, ante el ninguneo de que es víctima, estalla cíclicamente en cólera: 1810, 1910. ¿2006?

Así, para superar la crisis tenemos que irnos, como lo aconseja probadamente bien el sentido común, lúcidos y remitirnos a las causales.

Tal es la experiencia histórica. Para resolver un enigma

--fuere éste conflicto o una situación dada-- imprescindible es, según la lógica dialéctica, identificar lo causa.

Antes, empero, habría que identificar la naturaleza de lo que entendemos como un dilema nacional; es decir, esta crisis que no tiene entrampado al poder

II

Señálese, caro leyente, que no nos referimos aquí a la crisis de México ni a la crisis del pueblo mexicano. No. Nos referimos específicamente a la crisis del poder.

Y es que la crisis que prevalece y que, desde luego, permea la dermis y epidermis de la vida del país, es en realidad, objetivamente discernido, crisis del poder

Cierto. Es el poder en México el que está en crisis, a resultas de su propia naturaleza aberrante --por antisocial--, los componentes de ésta y sus contradicciones inherentes.

Pero el poder desestima su crisis y la confunde y actúa como si dicha crisis fuese artificial, "provocada" por el "mesianismo" de Andrés Manuel López Obrador.

Esa es, a nuestro ver, una interpretación equívoca --distorsionada-- que hace el poder de su propia crisis, pues no reconoce la causal de dicho predicamento.

Y la causal es que el poder --el Estado y el gobierno como instrumento de una élite para acrecer sus acervos de intereses-- en México ha sufrido una desviación monstruosa.

Sin duda. Ese poder no sirve a la sociedad --el pueblo-- ni ha servido a los intereses de éste en el decurso de varios sexenios, desde el de Manuel Avila Camacho, de 1940 a 1946.

III

Desde entonces, el Estado mexicano y, sobre todo, el gobierno han diluido gradualmente --durante esos 66 años-- su naturaleza de expresión de poder de la sociedad.

En ese lapso y de la guisa descrita, el Estado social abdicó de su condición como tal y cedió potestades a una élite, sufriendo una metamorfosis dramática.

El Estado --y el gobierno-- se hicieron plutocracia, que es la que gobierna hoy a nuestro país y, al hacerlo, sólo vela por sus intereses y no por los del pueblo de México.

Esa realidad --un Estado elitista divorciado de los intereses de los mexicanos e inclusive hostil a éstos-- tiene consecuencias, precisamente la de la actual crisis del poder.

Por ello, la salida a esa crisis --que sin duda afecta a todos los mexicanos-- es la de atender sus causas y conformar un Estado y un gobierno que hayan emanado del pueblo.

No es así, lamentablemente. Los personeros del poder --la plutocracia-- han incurrido en la comisión de delitos electorales para perpetuarse y detonado la crisis.

Para superar la crisis del poder, éste tiene que modificar su naturaleza elitista y mutarse en uno popular, constituido diáfanamente. Sin transparencia, la crisis persistirá.


Glosario:

Cíclicamente: perteneciente o relativo al ciclo. Periodo de tiempo o cierto número de años que, acabados, se vuelven a contar de nuevo.

Diáfanamente: de diáfano. Transparente. Cuerpo que deja pasar a su través la luz casi en su totalidad. Claro Limpio.

Guisa: modo, manera o semejanza de algo.

Inherentes: que por su naturaleza está de tal manera unido a algo, que no se puede separar de ello.

Metamorfosis: transformación de algo en otra cosa.

Mutarse: del verbo mutar. Cambiar. Modificar. Sufrir alteraciones.

Plutocracia: gobierno de los ricos.