Los Desposeídos
Por Laura Martínez Aguilar*
MUCHO se ha escrito sobre la pobreza que se vive en el campo y los esfuerzos que tanto el gobierno federal como los gobiernos estatales han hecho al respecto.
Afirmaríase que los recursos destinados al sector rural todavía resultan insuficientes. Si la miseria se hace presente en los cinturones que rodean a las distintas ciudades de la República, en el campo es más que evidente la falta de alternativas para el progreso.
Ante la desgracia que viven las familias, mucha gente prefiere arriesgar la vida brincando el muro que nos divide con los EUA.
El Presidente Felipe Calderón Hinojosa ha planteado como prioridad el impulso al sector rural y los Diputados Federales de la LX Legislatura tienen la intención de hacer patente el apoyo que hace falta, asignando en el Presupuesto de Egresos de 2007 las partidas correlativas.
Por todos es sabido que la Financiera Rural concluyó el sexenio, el pasado 30 de noviembre, con extraordinarios resultados en los renglones de créditos, apoyos otorgados, administración, cartera vencida, recuperaciones, pulcritud y transparencia en el manejo de los recursos, destacando sus avances ante obstáculos que se forjaron en las tres últimas décadas por el extinto Banrural como son el paternalismo, la simulación y fundamentalmente la cultura del no pago.
Sin embargo, a pesar de los éxitos obtenidos por la Financiera Rural, todavía son muchos los productores, principalmente del sector social, que se quejan de que la nueva institución no les otorga créditos.
Tienen razón, toda vez que gran parte de este segmento de productores se encuentra en el Buró de Crédito con claves preventivas por adeudos de créditos que no pagaron en el pasado tanto a la banca comercial como al desaparecido Banrural.
Otra parte de este segmento carece de proyectos viables o de propiedades que garanticen el crédito. Este aspecto es el que debe atenderse, dado que las instituciones crediticias no tienen forma de resolverlo con las reglas actuales.
Este es el verdadero origen del gran problema que se vive hoy en día en el campo; la mayoría de los productores rurales carecen de recursos propios para sembrar, iniciar un negocio o realizar cualquier actividad productiva y, cuando acuden al banco a pedir prestado, les piden proyectos viables, y cuando los presentan, les informan que se encuentran en la lista negra del Buró de Crédito y son rechazadas las solicitudes y los proyectos productivos.
Indudablemente, hay que buscar alternativas que permitan romper el círculo vicioso, que se ha convertido en pernicioso y fatal para muchos. Los bancos han tomado el camino fácil y únicamente prestan a los que no tienen claves preventivas en el Buró, o a los que cuentan con la garantía del Procampo.
Este es el manto freático que hay que explorar.
Si bien fue un gran acierto de la administración anterior la liquidación del Banco Nacional de Crédito Rural y la apertura de una institución, sana, eficiente y moderna, toca ahora a la LX Legislatura de la Cámara de Diputados dar el impulso presupuestal para que los beneficios de la modernidad lleguen a los desposeídos del sector rural, principalmente a los que se encuentran en la lista negra del Buró de Crédito o que no tienen garantías hipotecarias para obtener créditos.
Para ello sería necesario, además de incrementar el patrimonio de la Financiera Rural, encontrar novedosos mecanismos con recursos fiscales suficientes que permitan apoyar a los desposeídos para que salgan de la postración en la que se encuentran.
Una vía pudiera ser la de constituir Fondos de Apoyo con Garantías para los productores de bajos o cero ingresos y fomentar un proceso de reconversión en el manejo del crédito, estimulando la cultura del pago.
* Laura Martínez Aguilar. investigadora de la UAM. lauramartinez_aguilar@yahoo.com.mx
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home