Asimetrías
José Gutérrez Vivó
Por Fausto Fernández Ponte
1) Ejercer el periodismo en México es no sólo ocupación ingrata --magros salarios, parcas prestaciones y, en general, explotación laboral, sino también muy peligrosa.
2) La peligrosidad se expresa en las reacciones represivas del poder formal fáctico (como el de los cárteles del tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas).
3) Los periodistas a quienes se les amenaza --ésta es, implícitamente, represión-- abarca un espectro de informadores, comentaristas y analistas.
4) Las amenazas van dirigidas a quienes difunden hechos, sucedidos y juicios de valor o ideas políticas en periódicos de radio, televisión, impresos e Internet.
Como periodista, este escribidor --con 56 años de ejercicio profesional y ya en la octava década de existencia-- considera que amenazar ese desempeño es reprimir.
Las amenazas son inherentes a nuestra tarea. El poder formal o fáctico nunca ha sido anuente, históricamente, a la difusión de hechos y sucedidos o juicios de valor e ideas.
Así, el afán de difundir --publicar y trasmitir voces e imágenes-- enfrenta resistencias del poder formal y fáctico. Y esas resistencias en Méxivo son crecientes.
De las resistencias --el simple desagrado o la discrepancia -- el poder accede al estadio de la reacción a lo difundido y ésta tórnase en peligro para el difusor.
Y al trasponer ese umbral --los poderosos rechazan el debate público libre--, el poder se transforma en un monstruo de fauces babeantes y hediondas: La intolerancia.
En ello reside la peligrosidad del ejercicio de la difusión impresa o hertziana o ciberespacial. Ante la crítica --fundamentada o no-- y la divulgación de hechos, mano dura.
La realidad cotidiana nos describe fedetariamente manifestaciones de esa peligrosidad: periodistas asesinados, secuestrados o desaparecidos.
A ese catálogo sumaríanse los casos de periodistas heridos a resultas de atentados de muerte, secuestros e intentos de desaparición forzada.
Mas no sólo eso: Los periodistas sufren agresiones de toda laya: Este escribidor ha documentado 176 agresiones físicas y verbales y escritas en el decurso de 2006.
Además, están las amenazas. Estas son variopintas: van desde la advertencia de que algo desagradable o terrible le va a ocurrir al periodista hasta la agresión directa.
Esa peligrosidad evidente ha llevado a los organismos de defensa de los derechos humanos de muchos países --México incluido-- a considerar a los periodistas grupo vulnerable.
Señálese que grupos vulnerables en la sociedad mexicana son los de los indígenas, los de la mujer y los de los niños en ciertos estratos sociales. Están desamparados.
Cierto es que la Constitución Política establece garantías --equivalentes deontológicamente a derechos--, pero también es cierto que en la práctica la Carta Magna es letra muerta.
La propia Ley Fundamental establece su inviolabilidad en su artículo 145, pero la violan desde el Presidente de la República, fuere quien fuere, hasta el policía de barrio.
Respecto al ejercicio del periodismo, la Constitución ofrece en sus artículos sexto y séptimo que quienes lo ejercen no serán objeto ni de persecución ni de censura.
Por supuesto que el tipo de persecución al que se refiere nuestra Ley Suprema es la judicial y/o administrativa. Ni siquiera contempla otro tipo de censura y persecución.
Concluiríase que las amenazas al señor Gutiérrez Vivó son a todos los divulgadores por radio, TV, impresos o Internet y, dada esa premisa, es una amenaza a la sociedad misma.
Glosario:
Deontológicamente: Relativo a deontología. Teoría o tratado de los deberes y de los principios éticos, especialmente de aquellos que rigen el ejercicio de una profesión.
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