martes, noviembre 21, 2006

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Asimetrías

¿Quién Mató a Cirilo Vázquez?

Por Fausto Fernández Ponte

I
LA muerte de Cirilo Vázquez Lagunes --fue atravesado por cientos de balas-- en una emboscada en Acayucan, Veracruz, nos ofrece varias moralejas, a cual más trascendente, a saber:

1) Confirma que los conflictos de poder son una constante en la vida política de México y que han creado y desarrollado su propia cultura, la cual se nutre de un darwinismo sociológico.

2) Acentúa el crecimiento de una institución antañona, la del caciquismo político en todo el país, en variantes que van desde las de facto --el propio Cirilo-- hasta las de jure, como los gobernadores.

3) Los conflictos de poder --no huelga reiterarlo-- tienen esos desenlaces predecibles, la neutralización física y, por ende, violenta y extrema,o moral de uno de los contendientes.

4) Los caciquismos tienen su razón de ser --sus causales, pues--: Llenan vacíos de poder, de mando y de autoridad y se erigen en contrapesos ante la ausencia o degradación de éstos.

Abundemos, caro leyente, acerca del tema enunciado en el primer inciso, el de los conflictos de poder y la cultura del caciquismo. Ambas son una realidad insoslayable en la vida política de México.

Y, como realidad insoslayable, sus causales y sus consecuencias conforman fenómenos antropológicos y sociológicos que se explican en el contexto mismo de nuestro desarrollo como sociedad.

A resultas de ese atraso social --en una democracia ficticia y en un estado de bienestar simulado, con 70 millones de pobres en gradación variopinta-- el caciquismo se ha fortalecido.

II

Dicho de otro arreo: el caciquismo en México casi no ha sufrido metamorfosis alguna, lo cual nos lleva, por concatenación silógica de premisas, a advertir que sus causas continúan persistiendo.

Y persistiendo acrecentadamente, diríase. Esas causas crecen no sólo en los entornos rurales, semirrurales, urbanos y semiurbanos, sino también en las grandes ciudades.

Entre éstas destacan el Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Ciudad Juárez, Tijuana, Puebla, Culiacán/Mazatlán, Cancún, la urbe portuaria de Veracruz, Tampico, Coatzacoalcos/Minatitlán/Cosoleacaque.

Los cacicazgos son de variada dimensión y tamaño y alcance, así como de distintas naturalezas, pero tienen un denominador común: su efecto político. Este se alimenta de las oquedades del poder.

A Vázquez Lagunes --personaje de leyenda en el sur del estado de Veracruz, con intereses en la región istmeña de Oaxaca y en Puebla-- se le consideraba un hombre violento y, a la vez, muy inteligente.

La inmensa mayoría de esos cacicazgos es la suma de operaciones francamente antisociales y, ergo, criminales. Prevalecen combinando el ejercicio del poder formal con el fáctico en ámbitos localizados.

Así, combinan habilidosamente la dispensa de gajes y sinecuras provenientes del ámbito formal --institucional-- y de la coacción intimidatoria. No son pocos los caciques a quienes la gente venera.

A Vázquez Lagunes --personaje de leyenda en el sur de Veracruz y el Istmo de Tehuantepec y por la entidad veracruzana-- se le veneraba y respetaba, pero se le temía tal vez con mayor intensidad.

III

Le temía la gente rasa --humilde y sencilla-- y le temían los poderosos, desde gobernadores, senadores, diputados, presidentes y agentes (o delegados) municipales y otros hombres y mujeres de poder.

Se le temía a su naturaleza de hombre violento, audaz, temerario. Se le temía a su inteligencia y astucia, mezcla ésta de peculiaridades que aplicaba para darle formas perversas a su actuación caciquil.

El, obvio era, no se veía a sí mismo como un cacique, sino como un hombre de poder, eufemismo que sentía que le venía bien, aunque solía identificarse ante los demás "agricultor, campesino y ganadero".

Así se describió ante este escribidor en agosto de 1984, en el rancho de José Luis Mejías, en Oluta, Ver., en donde nos encontramos para hablar acerca del asesinato del periodista Manuel Buendía.

Una pista en la pesquisa del asesinato que, independientemente de las del gobierno realizaba un equipo de reporteros de Excélsior, llevó hasta Cirilo, Su gente, dijo, no tenía nada que ver con el homicidio.

Pero Cirilo admitió tener relación con el titular de la Dirección Federal de Seguridad, José Antonio Zorrilla Pérez, autor intelectual del homicidio de Buendía, sentenciado desde 1993 a 35 años de cárcel.

Fue Zorrila quien dio a los reporteros de Excélsior pistas falsas: Una, la que conducía al propio Cirilo; otra, la que llevaba a Juan Hillman, entonces alcalde de Coatzacoalcos. Así desviaba la pesquisa.

Cirilo se sorprendió de que Zorrilla pensase que él podía haber asesinado a Buendía. "El sabe que yo no opero en el Distrito Federal", dijo. "Aquí, estos son mis rumbos. Aquí están también mis enemigos".

Este escribidor recuerda haberle preguntado a Cirilo acerca de quiénes eran sus enemigos. "A los que yo les soy muy incómodo", respondió. "Yo incomodo a muchos, para bien o para mal".

Esa respuesta desde el pasado tiene sentido prospectivo --es decir, actual-- acerca de los móviles y autores del homicidio de Cirilo. ¿A quiénes incomodaba hoy Cirilo? ¿A los caciques formales?

ffernandezp@prodigy.net.mx
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http://elgritodelpueblo.blogspot.com

Glosario:

Cacique: en un pueblo o en una comarca, persona influyente interviene de forma abusiva en asuntos políticos o administrativos.

Darwinismo: la ley del más apto o del más fuerte.

Gajes: prebendas.

Oquedades: vacíos.

Rasa: plana, lisa, pareja, uniforme.

Sinecuras: empleo, cargo retribuido que ocasiona muy poco trabajo "aviaduría".