viernes, febrero 09, 2007

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Asimetrías

El Acuerdo

Por Fausto Fernández Ponte

I
CUANDO Francisco Ramírez Acuña destapó a Felipe Calderón como pretendiente a la candidatura del Partido (de) Acción Nacional a la Presidencia de la República, trascendió lo siguiente:

Uno, que si el señor Calderón obtenía la candidatura y era elegido Presidente, en 2012 promovería y apoyaría la postulación del señor Ramírez Acuña a la Presidencia de México.

Y, otro, que para ello era indispensable que, si llegado a Los Pinos, don Felipe designara a don Francisco secretario del despacho de Gobernación en el Poder Ejecutivo.

Dado ese entendido --que sospecharíase fue explícito y no implícito o inferido--, el señor Ramírez Acuña subordina su actuación como secretario de despacho a los imperativos de la sucesión presidencial.

Esa sucesión, no huelga recordarlo, está a cinco años y diez meses y días de que ocurra. Pero la camarilla --una facción hamponil de la política-- en el poder formal quiere perpetuarse en éste. Hasta 2030.

La sucesión, tan lejana aun, no lo es tanto para la facción de poder aquí identificada, no obstante que córrese el riesgo de que no por mucho madrugar le amaneza más temprano al señor Ramírez Acuña.

¿Por qué la prisa? Véase: esta facción hamponil --que podríasele llamar calderonista-- tiene correlatos y contrapartes. Desde ahora, en los otros partidos políticos mayores adviértense aprestos para 2012.

II

Cierto. Los aprestos más notorios son los de Enrique Peña Nieto, el gobernador del estado de México, cuyo equipo de difusión labora para ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional.

Don Enrique invierte muchos recursos --que, hágase la salvedad, no son propios, sino del pueblo mexiquense-- en crear, mediante ciertas estrategias de difusión, condiciones favorables a sus aspiraciones.

En más discreto grado de futurismo actúa Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, cuyas alianzas con vertientes del Partido de la Revolución Democrática parecen tener lógica sucesoria.

Así, en 2012 sería dable que, según los escenarios prospectivos posibles, los candidatos a la Presidencia de la República serían los señores Ramírez Acuña, Peña Nieto y Ebrard.

Ninguno de ellos es individuo de izquierda en el espectro ideológico de México; todos ellos están situados a la derecha en esa gama, aunque con distintos matices y modalidades.

Serían, si así ocurriere, los candidatos del poder formal y del poder fáctico de México, mas no los abanderados del pueblo mexicano, cuyos intereses desde luego ninguno de ellos representa ni defiende.

Tómese, por ejemplo, el futurismo del señor Peña Nieto, de quien sábese tendría --si no es que lo tiene ya-- del ex Presidente Carlos Salinas, quien actúa tras bambalinas para dominar en el PRI.

III

Ello, aclárese, no sería óbice para que don Carlos apóyase, si así lo sintiere oportunamente necesario, al propio señor Ramírez Acuña o a don Marcelo quien, por cierto, tiene vínculos con el salinismo.

Pero el carnal Marcelo no las tiene todas consigo, a la luz de ciertas realidades políticas en la capital del país, dominada por organizaciones que, ideológicamente, no le son afines.

Vero es que el DF es bastión perredista. Pero ya sabemos que don Marcelo no tiene su corazoncito en ese partido porque, para empezar, no es un hombre situado a la izquierda en la banda de las ideologías.

Y vero es, también, que ninguno de los tres potenciales presidenciables realiza labores de proselitismo paraelectoral, pero sí clientelar con miras a la sucesión y los comicios de 2012.

Ido de la escena del poder Cuauhtémoc Cárdenas, no se anticipa un escenario prospectivo posible para Andrés Manuel López Obrador de aquí a seis años. Pero, ¿quién sabríalo? Este hombre sabe sobrevivir.

La nigromancia política, empero, tiene axiomas. Y axiomético es que la inserción del señor Ramírez Acuña en el despacho de Gobernación tiene un enorme riesgo incendiario. De inmolación. De bonzo vietnamita.

Y es que don Francisco ha incurrido en yerro garrafal tras error colosal de elemental sensibilidad política. Se ha exhibido como censor intolerante a ultranza. Y con mano pesada, por añadidura.

Sin duda. El señor Ramírez Acuña se está quemando tempranamente y, en vez de ser un activo político valioso de su jefe, don Felipe, va que vuela hacia una nueva condición, la de pasivo, en el capital calderonista.

Pero, a su vez, en la hacienda política del secretario del despacho de Gobernación, el propio Presidente es, en su turno, un oneroso pasivo, determinado éste por la espuriedad del mandatario.

Glosario:

Apresto: Prevención, disposición, preparación para alguna cosa.

Obice: Obstáculo, embarazo, estorbo, impedimento.