TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA
Asimetrías
El Viejo Antagonismo (2/2)
Por Fausto Fernández Ponte
I
DECÍAMOS ayer --sinópticanmente-- que la emergencia de líderes formales en Nuestra América con orientación, sensibilidad y convicciones de izquierda es registrado en Estados Unidos y sus aliados y paniaguados en México como una amenaza a sus intereses.
Y desde la perspectiva simplista --maniquea-- estadunidense, esa emergencia representa una contaminación ideológica y política del castrismo. Ese simplismo identifica a Fidel Castro como el origen de dicha "contaminación" o contagio.
Y como secuela, según la percepción del poder en Washington, el Presidente de Cuba y el socialismo cubano ha recobrado una influencia en los gobiernos de los países gobernados por mandatarios de izquierda. Ello es inaceptable en el traspatio.
Tal recuperación de la influencia del cubano tiene un efecto que en Washington causa alarma: cancela en gran parte los efectos del brutal bloqueo económico y político estadunidense a Cuba --que dura ya casi medio siglo--.
Empero, el poder real en EU --el de los dueños y operadores del capital en todas sus formas-- no puede reorientar sus herramientas y mecanismos de dominio hacia el traspatio del sur debido a que está empeñado en una guerra costosísima, en Irak y Afganistán.
Hágase la salvedad que ello configura una coyuntura política favorable a los intereses estratégicos verdaderos de Nuestra América. El Estado estadunidense no puede librar batallas en dos o más frentes. Por ello, la táctica es hoy otra.
Y, por ello también, el Estado estadunidense utiliza la subrogación. Dígase de otro estilo que el poder real --el Estado estadunidense es sólo uno de sus instrumentos de dominio, control y coacción sobre otros gobiernos-- acude a una vieja práctica.
II
Cierto. Esa práctica --la subrogación-- es una muy probada y demostrada, pues se remonta a los tiempos mismos del antaño remoto y que cobró enorme vigencia durante la guerra fría. Los estados clientes peleaban en representación de los estados patrones.
Así, para EU Hugo Chávez, Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner, Tabaré Vázquez, Evo Morales, Rafael Correa e inclusive Michelle Bachelet son personificaciones variopintas, con matices y giros, de Fidel Castro.
Todos ellos, jefes de Estado en sus países respectivos, tienen algo en común: la convicción de que basta ya de saqueo de los tesauros de sus respectivos entornos nacionales. Y se aprestan a actuar en ese sentido.
Mas no es sólo poner fin al saqueo despiadado y, por añadidura, impune, de Nuestra América, sino también de crear la forma de organización socioeconómica que permita su usufructo social. Que todos se beneficien.
Evo Morales, al nacionalizar la actividad extractiva de petróleo y gas --hasta hace poco en manos particulares de estadunidenses y españoles-- definió la filosofía de sus acciones: "Queremos ser socios, no empleados". Socios.
Propietarios de esa riqueza de hidrocarburos. No empleados de los consorcios trasnacionales que explotaban a los bolivianos y que nunca veían el resultado de su doble condición de fuerza productiva y propietario engañado.
Este es el entramado geopolítico y geoeconómico en el que está inserto el Presidente de México, Felipe Calderón, al hacer suya y propia la causa del imperialismo, y descalificar las reivindicaciones sociales en Nuestra América.
III
La voz de don Felipe biene pudiere ser la voz del amo que desde Washington identifica a los Evo y Chávez y Lula como renegados que ponen en riesgo la hegemonía del imperio sobre las riquezas de los pueblos de Nuestra América.
Al actuar en subrogación de los intereses estadunidenses --en realidad, los intereses del poder real, el del capital trasnacional globalizador--, el señor Calderón abre un nuevo frente político en condiciones muy desfavorables.
Ello es indudable. Abrir un frente externo --con ataques, como ariete, a los mandatarios de Nuestra América que concitan la ira estadunidense--, don Felipe incurre en un yerro garrafal, por elemental, de política. No comprar pleitos ajenos.
Ese nuevo frente --el externo-- se suma al frente interno: no olvidemos que el presidente se siente un mandatario inseguro y débil pues carece de la representatividad que deviene de un mandato electoral que, en el caso, no se dio.
Y es que, en efecto, don Felipe fue elegido --si acaso-- por sólo unos 15 millones de votantes, en un universo de casi 72 millones de electores. Esa realidad es insoslayable y preside la conducta psíquica de don Felipe.
Y, si a ello súmase el fraude electoral, esa falta de representatividad tiene un fuerte componente de ausencia de legitimidad moral. Don Felipe no se sabe un mandatario con consenso y sin convocatoria personal. Ello es un fardo muy pesado.
Y si ni en el frente interno ni el externo el señor Calderón no concilia, sino lo opuesto, irreconcilia, el desenlace es predecible: se irá debilitando cada vez más y más hasta que la figura presidencial, así reducida, eventualmente se desmorone políticamente.
Glosario:
Subrogación: Acción y efecto de subrogar. Sustituir o poner una persona o cosa en lugar de otra.
Tesauros: Tesoros.
Usufructo: Derecho a disfrutar bienes ajenos con la obligación de conservarlos, salvo que la ley autorice otra cosa.
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