jueves, enero 04, 2007

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

2006: El parteaguas

Por Mario Mendoza

EL último día señalado en el calendario está feneciendo. Con él se irá el año 2006 que será recordado como el parteaguas en la historia de los oaxaqueños. Será éste año el que servirá como referencia de un antes y un después en la vida y en la memoria de muchas personas. Nada a partir de ésta fecha puede –debe—ser lo mismo. Ojalá así lo entiendan quienes lo deben entender.

Lo que nos ha tocado vivir durante éste ejercicio debe servirnos como reflexión y oportunidad para rescatar lo positivo, señalar lo negativo e impulsar los cambios que la ciudadanía demanda. Se debe entender que cuando los cauces legales e institucionales se cierran en perjuicio de la población y en beneficio de sólo unos cuantos, entonces las alternativas para hacerse escuchar representan un riesgo mayor que --si no son atendidas responsablemente-- incluso pueden derivar en la aparición de actos violentos.

Los gobernantes deben aceptar y reconocer la falta de credibilidad hacia sus personas, el alejamiento y desconfianza de sus gobernados, su falta de sensibilidad para escuchar la voz del pueblo, sus constantes señalamientos de desviación de recursos y de corrupción descarada. Deben entender que el costo más alto que debe pagar un gobernante ante su mal proceder es el rechazo de la gente.

Admitir que la demagogia –vista como sinónimo de engaño—ya no les resulta suficiente para calmar la inconformidad ciudadana. Privilegiar, aunque sea lo que más trabajo les cueste, el interés general a sus intereses personales. Oaxaca es de todos y no propiedad de unos solos cuántos.

Los empresarios –principalmente los dirigentes—deben entender que el mismo trato que obtienen para sus sociedades derivado de la relación I.P.- Gobierno, es el mismo que les exigen sus agremiados para sus negocios. El año 2006 evidenció que hacen falta liderazgos reales, no sometidos bajo el poder económico a los intereses del gobierno y en consecuencia libres para servir de equilibrio real. Si lo acontecido en los últimos meses deriva en dirigencias comprometidas con sus verdaderos clientes –quienes les hacen el gasto a diario—entonces podremos augurar que lo sucedido no habrá sido en vano. Es urgente una visión más humanista y menos materialista en sus cúpulas. No desconocemos que el empresario busca la rentabilidad, pero se pueden alcanzar ambos objetivos con dignidad y con decoro.

Para las autoridades judiciales y procuradoras de justicia, el 2006 será el año de la vergüenza. De los asesinatos sin justicia y sin responsables; no sólo la del periodista estadounidense, sino de oaxaqueños que murieron luchando por un Oaxaca más justo paradójicamente. Será el año de los excesos, de la mano dura, de la fabricación de delincuentes, del abuso de autoridad, de la falta de respeto a las garantías constitucionales, de los incendios bajo sospecha, de la aplicación totalmente diferenciada de la Ley. Cualquier intento de reconciliación debió comenzar con la remoción de sus titulares, pero esa soberbia que impide reconocer los errores sólo prevé el sostenimiento a toda costa como pago a los favores y a la complicidad recibida.

El Magisterio debe reafirmar su compromiso con la educación y con la niñez. En la medida de que nuestros infantes obtengan una mejor preparación, será posible aspirar a mejores niveles de bienestar. Es del conocimiento público que el único beneficiado con el rezago educativo lo es ese añejo sistema sustentando en la manipulación de la pobreza. Si como dicen – ¿o decían?—sus dirigentes, Oaxaca es la cuna de la revolución del Siglo XXI, qué esta sea basada en los libros y en el aprendizaje, no en las armas. Que el 2006 les haga ver que mientras el pueblo esté de su lado podrán avanzar hasta donde se lo propongan, pero cuando se le da la espalda las cosas se complican y corren el riesgo de verse reducidos a nada. El gobierno les podrá garantizar viajes, riqueza, canonjías y puestos públicos. El pueblo les garantiza respeto, reconocimiento, apoyo y solidaridad.

Para los comerciantes será sin duda un año inolvidable por muchas razones. Sin embargo resulta alentador ver como muchos de ellos han hecho del conflicto una oportunidad para revisar sus formas de operar; es por ello que resulta previsible que en la medida que busquen alternativas para adecuarse a la nueva realidad oaxaqueña, podrán sortear con éxito las vicisitudes que hoy tienen ante sí. Habrá para ellos muchos apoyos económicos a partir de ya, por eso es bueno que se informen oportunamente sobre los mecanismos de financiamiento que se autorizaron y que no suceda como siempre, que sólo unos cuántos son al final los beneficiados.

Cierto, Oaxaca ya no podrá ser el mismo, pero si habremos de cambiar, que sea para avanzar y no para retroceder. De nosotros depende. La semilla que se sembró a partir de ese 14 de junio y que fue abonada con un listado interminable de agravios, de actos de represión, de intimidación, de distorsión de la realidad y de corrupción debe encontrar los cauces serios y respetables para ello. No será con esa vacilada que se llama Consejo para la Reforma del Estado y que tan sólo viene a ser una argucia desesperada y vil de ese gobierno que parece no entender lo que la ciudadanía le exige y que sólo reacciona ante las marchas y las barricadas. Lo bueno es que con toda seguridad habrá elecciones el próximo año y esa será una gran oportunidad para cambiar las cosas… ¡pero!, antes se debe garantizar el respeto al voto y la contabilidad transparente de los mismos. La Reforma que los oaxaqueños demandamos deberá surgir del Legislativo y no del Ejecutivo y para ello deberemos elegir a quienes nos garanticen respeto y compromiso con el pueblo. Que el 2006 no se nos olvide al momento del emitir nuestro sufragio.

En este 2006 hay madres que perdieron a sus hijos, hijos a sus padres, esposas a sus esposos. Otros que tienen a sus familiares presos injustificadamente o con secuelas físicas o psicológicas como consecuencia de la represión de la que fueron objeto. Serán ellos los que nos digan que lo acontecido no debe ser en vano. Los que nos recuerden que un Oaxaca próspero, en paz y digno es posible.

Nuestra solidaridad con todos ellos. Se va el 2006, pero quedan los principios y los ideales.

Comentarios y/o sugerencias al correo: mymabogados@hotmail.com