martes, enero 23, 2007

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Asimetrías

La Escalada

Por Fausto Fernández Ponte

I
LA rapidísima ascensión en los precios de bienes y servicio de consumo necesario --o básico-- tiene mucho que ver con el desplante castrense del Presidente Calderón.

Subráyese que el desplante ocurrió cuando la espiral alcista en los precios de bienes y servicios básicos estaba ya en un frenesí espectacularmente dramático.

El precio de la tortilla, del huevo, la leche, frijoles, arroz, otras verduras, frutas, bienes industrialmente derivados, abasto de energía, está en espiral ascendente.

Y don Felipe nos dice, tardíamente, que va a detener el alza, pero convenientemente evade decirnos que no bajarán los precios, que no se volverá a sus niveles anteriores al alza.

Existe, pues, una correlación dialéctica del desplante de autoritarismo por la fuerza de las armas y no de la política y el alcismo irrefrenable --atribuido a "especuladores"--.

Ambos son síntomas de inseguridad, por un lado, y de debilidad, por otro. Don Felipe se siente inseguro. Y el Presidente se siente, como tal, flébil. Grave. Por peligroso.

Por ello, ese algo tiene que ver es, en la sensibilidad del mexicano políticamente consciente --fuese de la ideología que fuese-- con su comprensión dialéctica de hechos públicos.

Sin duda. Tanto el desplante militarote como permitir la escalada en los precios tienen vínculos insoslayables, aunque no visibles a simple vista, aunque el mexicano los sospecha.

II

Y allí están esos vínculos, visibles --en toda su nítida diafanidad-- para quienes, como este escribidor, ejercemos el noble oficio de interpretar manifestaciones de la realidad.

Así, el Estado mexicano y su personero emblemático, don Felipe del Sagrado Corazón de Jesús --¡qué nombre tan engañosamente pío!-- nos envían mensajes muy claros.

Son mensajes de poder, desde luego. Pero, dicho de otro estilo, son mensajes de autoridad que antójase espuria de origen: El Presidente se sabe espurio y así actúa.

Es decir, actúa espuriamente don Felipe porque sabe que millones de sus compatriotas lo consideran que fue ungido mandatario mediante un fraude electoral.

Abundemos: Que algunos mexicanos duden del hecho fedataria del fraude, básteles con leer el mismísimo dictamen del Tribuna Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Ese es un documento fedatario, de indudable valor histórico y, ergo, de historicidad incontrovertible. El propio Tribunal exhibe allí las razones de su actuación.

Y esa actuación obsérvase absurda y entiéndese aberrante. En su dictamen, el Tribunal consignó las incidencias del fraude pero contradictoriamente convalidó la elección.

Ese trapecismo de premisas y transvestismo de silogismos jurídicos de los magistrados concluye en que no es conveniente anular la elección y realizar nuevos comicios.

III

¿Cómo discernieron los magistrados del Tribunal que persistir en la duda electoral es mejor para México que didiparla y consolidar, así, la confianza en el Estado?

Conócese ya las actuaciones del entonces Presidente Vicente Fox, el titular del Poder Judicial, Mariano Azuela, y el poder fáctico que ejerce Elba Esther Gordillo.

No en vano lo ocurrido en México es hoy tema curricular incluso en academias de ciencias políticas y sociales en otros países como una modalidad peculiar de golpe de Estado.

Y de golpe de Estado dado por el Estado mismo, pues en dicho coup détat participaron los otros Poderes de la Unión, el Judicial principalmente, y el Legislativo, por omisión.

La alusión a estos hechos --indelebles en la psique colectiva y en los libros de historia-- no es holgante. Es importante como marco político de nuestra actualidad.

El desplante de autoridad castrense equivale, para un psiquiatra, en una afirmación de sí mismo: "Aquí el que manda soy yo, por eso traigo las cinco estrellas en mi gorra".

Y ese desplante no fue un mensaje a las Fuerzas Armadas, sino a las fuerzas civiles de la sociedad, no muy persuadidas de la representatividad social del mandatario.

Ante un régimen escuerzo --desmedrado, enclenque diríase-- como el que preside el señor Calderón la predecibilidad es una constante. Mayor intolerancia y más garrote.

Glosario:

Desplante: Dicho o acto lleno de arrogancia, descaro o desabrimiento.

Escuerzo: Delgado, flaco.

Flébil: Lamentable, triste, lacrimoso.

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