viernes, enero 05, 2007

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Asimetrías

Periodistas

Por Fausto Fernández Ponte

I
MÉXICO es uno de los países en donde quienes ejercemos el oficio de difundir hechos y sucedidos, opiniones propias y ajenas y comentarios acerca de éstos, vivimos en peligro.

A veces, también la difusión impresa o por el espectro radioeléctrico o por la Internet de ideas conlleva agresiones, secuestros, desapariciones y asesinatos.

La difusión profesional, crítica, de ciertos temas vinculados al crimen organizado o a la corrupción política y policiaca concita reacciones violentas de ciertos intereses.

Consignemos a seguidas datos compilados por la Federación Internacional de Periodistas (FIP), con sede en Bruselas, la capital de la Unión Europea, consignados en su informe anual:

1) Tan sólo en 2006, en México fueron asesinados diez difusores. En ese mismo lapso, en Colombia hubieron cinco homicidios de difusores. México marcha a la cabeza.

2) En los países de la América indo, afro e ibérica el número de difusores muertos o asesinados fue de 37, una cifra sin precedente en la historia reciente.

3) En el mundo fueron desaparecidos y asesinados 155 periodistas y la mayoría de esos homicidios no ha sido aclarada judicialmente.

4) A los datos previos agregaríanse el número creciente de difusores amenazados de muerte, agredidos físicamente o incluso encarcelados por guardar el secreto profesional.

II

Señálese, a guisa de salvedad, que la acepción difusores --que utilizamos aquí-- nos referimos a aquellos cuya ocupación profesional es la de difundir periódicamente.

El vocablo periodistas deviene, precisamente, del ejercicio de la difusión periódica de impresos o mural y que se conocían como periódicos.

El vocablo se extendió a otros medios difusores --que usan el espectro radioeléctrico o por Internet-- inventados y desarrollados desde hace 200 años a la fecha.

A los periódicos de radio y televisión se les conoce también como noticieros y tienen, incluso, cabezales (o nombres) distintivos, como los de los impresos.

Menciónese que la FIP considera que 2006 fue "un año de brutalidad sin precedente" en agravio de los difusores. Ello es particularmente vero en México.

Y aunque el marco jurídico --el constitucional y las leyes reglamentarias-- garantiza el ejercicio profesional de la difusión, en la práctica esa garantía es letra muerta.

El Estado --ejecutor de esas garantías cuyo esencia es preventiva y, a la vez, coactiva-- ha sido rebasado por la peligrosidad en la que se ejerce el oficio de difundir.

De hecho, el Estado en México es en no pocas ocasiones perpetrador --intelectual y material-- de agravios a difusores. Esos agravios son de carácter variopinto.

III

Una peculiaridad de la perpetración del Estado mexicano de agravios a difusores es la omisión --hacerse de la vista gorda proverbial-- y la complicidad implícita.

En México, el Estado no actúa ni preventiva ni coactivamente contra ciertas vertientes de poder fáctico ligados en lo ideológico y lo político al poder formal.

Ante esa realidad --el poder fáctico domina al poder formal--, el Estado sólo tiene expresiones pro forma, como la Fiscalía Especial, cuyo alcance es, por definición, nulo.

Ese peligro es enorme no sólo por su magnitud insoslayable, sino también por su naturaleza, vinculado a la cultura del poder fuere éste formal o fuere fáctico.

Tal peligro ha convertido a los difusores --que, además, incluiría a ciertos empresarios de la difusión-- en uno de los grupos gremiales más vulnerables.

Esa característica del ejercicio de la difusión ha llevado a la Comisión Nacional de Derechos Humanos a considerar al gremio un grupo social tan vulnerable como el de los indios.

Si el indígena es, por añadidura, mujer, la vulnerabilidad crece exponencialmente. Lo mismo diríase de aquellas personas dedicadas a la difusión que son mujeres.

Así como los indígenas y las mujeres saben de su vulnerabilidad, los difusores sabemos que ejercer nuestro oficio representa riesgos letales.

¿Por qué hemos llegado en México a esta situación tan grave? Las causales del fenómeno son asaz complejas y configuran un síntoma de una grave descomposición social.


Glosario:

Asaz: Bastante, mucho.

Gremio: Conjunto de personas que tienen un mismo ejercicio, profesión o estado social.


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