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Detrás de la Explosión Nuclear Norcoreana
Por Isaac Bigio
Analista de asuntos de política internacional
EL Lunes 9 de Octubre a las 10:36 AM hora local se produjo un hecho que cambia la política mundial. Se trató de la primera explosión nuclear hecha por Corea del Norte, la misma que puede abrir una nueva carrera armamentista en la zona planetaria de mayor crecimiento económico y poblacional: el extremo oriente.
Desde 1945 el planeta ha sufrido no menos de 2,000 detonaciones atómicas. Solo dos han impactado sobre humanos (Nagasaki e Hiroshima 1945) y la explosión norcoreana se dio a más de un kilómetro de profundidad teniendo una intensidad quizás menor a las de las bombas que asesinaron a más de 100,000 japoneses. En la actualidad hay ocho países que tienen bombas atómicas. Se calcula que Rusia tiene unas 8,232 cabezas nucleares, EEUU: 7,068, China: 400, Francia: 348, Israel: 200, Reino Unido: 185, Pakistán: 30 a 50, e India: 30 a 40. ¿Por qué habría que causar tal alboroto el que un país pobre con apenas 23 millones de habitantes y un salario promedio de 50 dólares mensuales se dotase de su primera arma atómica?
Sin embargo, en el caso norcoreano las Naciones Unidas va a imponer sanciones. EEUU pide que se congelen ciertas cuentas en el exterior y que se impidan importaciones de productos de lujo y militares. Japón quiere que todo barco o avión que parta de o vaya a esa nación sea boicoteado.
Para el premier británico Blair lo hecho por Pyongyang es ‘irresponsable’. Según el presidente ruso Putin esto es un gran golpe contra la no proliferación nuclear. La cancillería china ha ‘expresado su más resoluta oposición’. Para el premier japonés Shinzo Abe ello puede ‘engendrar en Asia del Norte una nueva era nuclear’.
Abe, quien recién debuta en su cargo, anteriormente ha propuesto que Japón podría dotarse de ‘pequeñas’ armas nucleares disuasivas. Tras su enérgica protesta y proposición de boicots se esconde su interés de abrir la posibilidad para que su nación se dote de armas de destrucción masivas. Tras la derrota nipona de 1945 EEUU impuso a esa nación una constitución donde se les prohibía tener un gran ejército o intervenir en otros países. Sin embargo, tras las guerras antiterroristas las potencias han pedido a Tokio el envío de tropas de ocupación y han visto con agrado la posibilidad que los tres grandes derrotados de la II Guerra Mundial vayan incrementando su rol militar en otros conflictos post-guerra fría.
EEUU ha tenido una estrategia oscilante en relación a Nor-Corea. Mientras que a China y sus antiguos enemigos de Vietnam ha incentivado negocios y buenas relaciones, Bush insiste en mantener mano dura contra Pyongyang y La Habana. Clinton osciló entre planear un ataque preventivo contra ellos para en el 2000 enviar allí a su secretaria de relaciones externas Madeleine Albright. Luego de ello se rompió todo contacto y Bush simplemente les ha tildado de ser junto a Iraq e Irán el tercer eje del mal, el cual merece un cambio de régimen.
Los críticos occidentales acusan al régimen de Kim Il Sung hijo de ser una monarquía totalitaria roja en la cual el poder absoluto ha sido heredado y hay un despotismo comunista que ha causado más de un millón de muertos por hambruna y que tiene unos 200,000 prisioneros en campos de concentración. También tildan a su sistema de arcaico por ofrecer un ingreso anual promedio de $US 1,400 frente a más de $US 22,000 de su vecino capitalista sur-coreano.
Sin embargo, este régimen se mantiene casi seis décadas debido a que tiene cierta base social y popular. Su gobierno se ha curtido en una prolongada y sangrienta guerra primero contra la ocupación nipona y luego contra la norteamericana encabezando a las Naciones Unidas. Pese a que los salarios y libertades de los norcoreanos son menores en relación al sur capitalista de su península, el régimen les provee pleno empleo, acceso barato a la vivienda y educación y salud gratuitas.
De todos los 5 Estados que quedan aún manteniendo el monopolio estatal de un partido único comunista, Corea del norte es el que menos concesiones ha hecho al mercado y el que mantiene el sistema de mayor choque con Occidente. La posibilidad que en Nor-Corea se produzca un movimiento popular similar al que en 1989-91 sacudió al ex bloque soviético no son hoy viables. El ejemplo que este ha dado (como producir un desplome en la economía y los ingresos de los ex soviéticos) es algo que no genera un gran poder de atracción.
La potencia que más crece en la zona no es una de corte liberal sino China. Las marchas que más piden la reunificación del país no son, como pasó en Alemania, en el lado ‘socialista’, sino en el sur que es pro-EEUU.
Washington y Pyongyang quisieran mejorar sus relaciones pero no pueden. Para la Casa Blanca se trata del modelo que más le recuerda a Stalin y que menos ha evolucionado hacia garantizar inversiones privadas. Para Kim Il Sung hijo EEUU no quiere abrirles la puerta para que sigan una ruta tipo China.
Sin embargo, a medida que Washington se fue empantanando en Iraq y Afganistán mientras que la resistencia y el fundamentalismo islámico va creciendo, los otros dos ‘ejes del mal’ (según Bush son Irán y Nor-Corea) sacaron una conclusión opuesta a la que el Pentágono hubiese querido.
Para ellos la razón por la cual Bagdad fue invadido no fue por que tenía armas de destrucción masivas, sino por haber ido aceptando la presión norteamericana e irlas destruyendo. Por eso es que Pyongyang avanza en su carrera nuclear e Irán se dota de nuevas armas y plantea tener una planta atómica.
El gran problema que tiene EEUU es que no puede hacer mucho para evitar que Nor-Corea se haya armado nuclearmente. Le fue relativamente fácil invadir Iraq, pues durante los 12 previos años había ido logrando desarmarlo vía sanciones. En el caso nor-coreano no se atreve a lanzar una guerra debido a que ya tiene dos duros conflictos que librar en el Asia occidental y a que la respuesta militar norcoreana podría llegar incluso a suelo norteamericano.
La capital surcoreana, Seúl, está a tiro de cañón desde el norte y virtualmente no tiene como defenderse. El poderío militar nor-coreano es mayor al de los sur-coreanos, Japón y Taiwán juntos. Los nor-coreanos tienen los misiles Rodong 1 que tienen un alcance de 1,300 kms. Con lo cual pueden llegar fácilmente a toda Corea del Sur y Japón. En 1998 desarrollaron los misiles Taepong 1 con alcance de 2,500 kms con lo cual pueden llegar a toda la costa china incluyendo Taiwán. Este año, en el día de la independencia de EEUU lanzaron como prueba el Taepong 2 que puede explotar hasta 6,670 kms de distancia, con lo cual tienen un radio que va desde India, Afganistán y Kazajstán hasta Indonesia y Nueva Guinea y zonas de EEUU (como Alaska y Hawai). Es mas, se prevé un nuevo desarrollo de este misil para que logre alcanzar hasta urbes norteamericanas como Los Ángeles, Arizona, Phoenix y Madison.
Si hace seis décadas Japón rompió con su militarismo para dedicar sus energías a desarrollarse como potencia económica, Nor-Corea mantiene una industria civil relativamente autárquica y menor, mientras ha hipertrofiado su sector militar.
A pesar de su poderío militar Corea del Norte no ha librado guerra alguna después de 1953, cosa que le distingue de Israel, Pakistán e India, quienes desde entonces hasta hoy siguen librando conflictos internos o externos.
Gran parte del rearme coreano tiene como objetivo garantizar la supervivencia de su régimen y obligar a EEUU a negociar con ellos. Mientras Washington pide que el pre-requisito para un entendimiento es que Pyongyang se vaya desarmando, Kim Il Sung responde que para que se vayan desarmando se requieren garantías y ayudas norteamericanas.
Al parecer Nor-Corea habría escogido esta fecha por dos razones estratégicas. Una fue para tratar de contrarrestar el re-aproximamiento Beijing-Tokio. El premier nipón Abe decidió hacer su primer viaje al exterior de visita a China (y no a EEUU como se estipulaba) buscando curar las heridas causadas por la cuestión de cómo Japón no zanjaba con su pasado en la II Guerra Mundial.
Otra fue para agriar la fiesta al nuevo secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Kin Moon, a quien se le pone en la difícil situación de apenas ser nominado y tener que prepararse para suceder a Kofi Annan deba lidiar con algo del cual se le puede acusar de ser parcial.
Si bien Washington y Tokio quieren una línea firme, Beijing y Moscú adoptan una actitud más blanda. China teme más que a una Nor-Corea nuclear, a una Nor-Corea débil que permita el avance occidental. Rusia, igualmente, busca sacar provecho de la rencilla en dicha región.
Si se aplican fuertes represalias contra Corea del Norte esto puede pasar por que el sector más golpeado sea la población humilde de dicha república con lo cual podría generarse dos escenarios que no serían del agrado de Washington: 1) que la población haga causa común con Kim Il Sung quien aparecería encarnando la dignidad nacional; 2) que se produjera una explosión social que pudiese incendiar toda la península.
A pesar que todos los vecinos de Nor-Corea y todas las potencias se unan en condenarla, lo cierto es que su actitud no es demencial. Para Dan Plesch de la Universidad de Keele: las políticas nor-coreanas ‘lejos de ser locas son muy racionales’. Para él Occidente tiene una doble moral. Por una parte condena a nuevos estados cuando adquieren bombas atómicas mientras sigue desarrollando las que tiene. Es como que ‘alcohólicos condenen a adolescentes por tomarse unos tragos’.
Estas mismas potencias no han paralizado sus planes nucleares. Clinton hablaba de hacer bombas atómicas contra terroristas. Nuevas teorías plantean hacer mini-nucleares que puedan arrasar los búnkeres de Al Qaeda. Al fomentar ellos mismos esas carreras armamentistas es lógico que empujen a los ‘Estados parias’ a querer hacer lo mismo.
Corea del Norte apenas tiene una bomba que pudiese matar a 50 ó 100 mil personas. Sin embargo, hay otros países que tienen tal cantidad de armamento bioquímico y nuclear con el cual podrían exterminar varias veces a todos los 6,000 millones de humanos y producir la sexta aniquilación masivas de especies desde que hace casi 4,000 millones de anhos apareció la vida en este planeta.
Max Kampelman, negociador nuclear de Ronald Reagan, planteó la necesidad de ir destruyendo el arsenal nuclear de su propio país como manera de ir eliminando esas armas en todo el globo.
Ya hay 33 países, apartes del club de los 9 con armas nucleares, que en un futuro pudiesen desarrollar explosivos nucleares. Allí habría varios países iberoamericanos como España, Argentina, Chile, Brasil, Perú, Colombia o México.
La explosión nor-coreana podría empujar a que Japón, Corea del Sur y Taiwán o a que enemigos de Israel como Irán o Arabia Saudita pudiesen armarse nuclearmente, con lo cual esto alentaría una carrera que pudiese llegar a Iberoamérica.
Esta también podría servir para plantear que la mejor manera para evitar la proliferación de dichas armas consiste en que las grandes potencias vayan dando el ejemplo auto-liquidando su arsenal atómico.
www.bigio.org
(*) Bigio ha enseñado ciencias políticas en la London School of Economics. Es el analista internacional latinoamericano más citado en la web según Google.
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