sábado, diciembre 02, 2006

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Punto de Vista

La Tomas de Protesta de AMLO

Por José Angel Miramontes Corderoç

EL lunes 20 de noviembre, Andrés Manuel López Obrador, tomó protesta como "Presidente Legítimo" de México. Un hecho sin precedentes que marcó la historia política de nuestro país.

Sin duda, esta acción tuvo sus riesgos que, de no haberla hecho de manera planificada ni basada en elementos sólidos, sus consecuencias podrían haber sido de un alto costo para Andrés Manuel, su equipo que lo acompaña, el gabinete alterno y a sus seguidores.

Este acto marcó también el fin de un proceso y el principio de otro. Quedará atrás todo lo concerniente al proceso electoral y se abrirá paso a la etapa de gobierno, a la materialización de las propuestas, a la concreción de los planes, a la culminación del decir por el hacer; lo cual evidentemente será la parte más compleja de este gobierno paralelo por muy diversas razones, entre ellas las de orden legal y las de carácter económico; así como también las de credibilidad, que en mi opinión serán las más difíciles de concretar, ¿por qué?

Simplemente porque las condiciones que hoy prevalecen en el país no son las mismas de hace, por ejemplo seis meses, en donde la efervescencia del lopezobradorismo estaba en su máxima expresión, donde la confianza de la gente en el triunfo de AMLO era de alta intensidad, en pocas palabras en donde se daba por descontado el triunfo del carismático Peje. Sin embargo, lamentablemente las cosas no ocurrieron así, cuyas causas abordaré en mi próximo Punto de Vista.

Pese a lo que pregonan los agudos detractores del Presidente Legítimo, el movimiento por la dignidad y la defensa de las causas populares del pueblo mexicano se mantendrá fiel a los principios democráticos de izquierda. Quienes creemos en ello, en el liderazgo de Andrés Manuel, estaremos firmemente a su lado. No es hora de claudicar, no es hora de echarse para atrás, es el momento de demostrar nuestras convicciones y nuestros valores.

Frente a los analistas, moneros y conductores de noticias que desde las páginas de medios oficiosos y lambiscones a diario denostan y se le van a la yugular a AMLO; frente a los que desde las cámaras y micrófonos azuzan con su sorna y picardía mordaz a quienes por ignorancia e ingenuidad se dejan convencer por su oratoria demencial; frente a todas estas lacras del sistema opresor, está por encima la dignidad de un pueblo que quiere ser libre, que ansía desprenderse de las ataduras que por mas de 76 años ciñen sus manos y pies y que busca, de a de veras, mejorar sus condiciones de vida.

Miente el gobierno, miente la derecha reaccionaria, al señalar que Andrés Manuel está violando la constitución al permitir que el pueblo lo proclame presidente Legítimo, al encabezar un movimiento por las reivindicaciones, por las causas más justas de la sociedad.

El Artículo 39 de nuestra carta Magna señala que: "la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder dimana del pueblo y se instituye en beneficio de este. El pueblo tiene todo el tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno". Ahora hasta han armado un falso debate en la supuesta usurpación de funciones de López Obrador y por el "uso indebido" de los símbolos patrios. Y me pregunto, ¿Dónde estaban estos recalcitrantes patriotas cuando el fraudulento presidente actual cercenó el escudo nacional desde el inicio del sexenio?

Los que se desgañitan y lloran a moco tendido exigiendo que AMLO respete las instituciones también les pregunto: ¿A qué instituciones se refieren? ¿A las de los empresarios beneficiarios del Fobaproa? ¿A las de los Magistrados jubilados con pensión millonaria que convalidaron el fraude a pesar de sus evidencias?

¿A la que representa la vergonzosamente la desgastada figura presidencial? ¿A la que representan los curas acusados de pederastía? Á la que representa un IFE conformado por la más desprestigiado del PRIAN y la truculenta Elba Esther? ¿A la que representa un poder judicial carcomido por la corrupción? Díganme señores, a cuál institución se refieren.

En fin, hay que apaciguar los ánimos. Al país no le va a pasar nada si tiene dos presidentes. Uno oficial que no sale a la calle si no es en medio del guaruraje y uno legítimo que se desplaza libremente por todo lo largo y ancho del país.

No nos asustemos. En la democracia nos podemos dar el lujo los mexicanos de contar con un presidente que a la luz pública, con el apoyo popular se encargará, junto con la sociedad, de vigilar al presidente oficial y que se haga justicia al campesino, al obrero, al paria, al artesano, al que no tiene quien le haga caso.


profemira@hotmail.com