TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA
Dominio Público
El Nuevo Constituyente
Por Fausto Fernández Ponte
Señálese que esa Convención, convocada por el señor López Obrador, se realizará el próximo 16 del mes que corre, precisamente en el zócalo de la capital de nuestro país.
Y a la Convención, nuestro personaje ha propuesto algunas iniciativas que van desde la constitución de un gobierno en resistencia hasta una coordinadora de la movilización social.
La nueva propuesta de don Andrés Manuel es la de someter a la consideración y, aprobación, o en su caso, rechazo, de los convencionistas a elaborar una nueva Constitución Política.
Menciónese que con frecuencia hemos insistido, desde hace un año, en que el señor López Obrador debió abanderar como candidato esa propuesta enunciada ya por él.
Alcanzar esa meta, decíamos, es imposponible, pues el Estado mexicano actual padece una arteroesclerosis que lo tiene en una catatonia que antójase irreversible.
Mas lo que cuenta es que, finalmente, este luchador social de insoslayable lucidez política y dotes obvias de estadista, enarboló la bandera de la fundación de un nuevo Estado
A ello equivale la convocatoria a elaborar una nueva Constitución Política, para lo cual se requiere, válgase la redundancia perogrullesca, un congreso constituyente.
Equivale ello, pensamos, a trascender propuestas como las de Porfirio Muñoz Ledo de reformar al Estado mediante adiciones o recortes o modificaciones a la Constitución.
No. El señor López Obrador no busca una reforma del Estado, a semejanza de otras formas de organización política, producto de experiencias históricas distintas a la nuestra.
El señor López Obrador busca, cabría subrayarlo reiteradamente, promover la creación de un nuevo Estado, congruente con nuestra experiencia histórica.
Y congruente, añadiríase, sobre todo con los intereses del pueblo de México, conformado éste por millones y millones, en mayoría, de hombres y mujeres pobres. Esto es un verismo.
No se trata, si comprendemos bien la propuesta del hombre de Macuspana, de parchar o de cosidos de emergencia al tejido de normas supremas del Estado. Esto es revolucionario.
Precisamente en ese planteamiento reside la naturaleza y el alcance de la movilización social para la resistencia civil ante los zarpazos de agravio de la élite del poder.
Hágase el señalamiento atañedero que el Presidente Vicente Fox, si bien emblematiza esa élite del poder, no es, en sí, el poder mismo. El es sólo agente de la plutocracia.
Que las cortedades de índole intelectual y política de don Chente lo hayan llevado a incurrir estupideces --como el despliegue de abuso de su potestad-- no debe engañarnos.
El peligro real no es este individuo víctima de una adicción terrible al Prozac y sin luces --es mañoso, mas no inteligente--, sino en los intereses que representa.
Y esos intereses son los de una pandilla --rufianes, la llama el señor López Obrador-- de hombres y mujeres que ha sometido a México al dominio del imperialismo estadunidense.
Ese dominio es ignominioso. El Estado mexicano ha abdicado de sus potestades constitucionales y cedido éstas a consorcios trasnacionales, incluyendo algunos de México.
A resultas, el saqueo de México es brutal. Se saquean impunemente y con cinismo los recursos que son patrimonio de la nación y del propio recurso humano, creador de riqueza.
Esa plutocracia de la que el señor Fox es sólo venal y obsequioso sirviente es la que se aprovecha de un Estado mexicano deformado monstruosamente a modo. Es irreformable.
Cierto. No es posible reformar un Estado así --que sólo sirve a los ricos de México, Estados Unidos y España y actúa contra los pobres--. Hay que destruirlo. Y enterrarlo.
Y enviarlo, de esa guisa, al cementerio mismo de la historia, para dejar nacer a un nuevo orden de instituciones que sea expresión de poder del pueblo de México.
La propuesta lópezobradorista coloca a la defensiva al Estado caduco, avieso y corrupto que representa el señor Fox. El pueblo de México, otrora acosado, acosa a sus enemigos.
Glosario:
Catatonia: síndrome esquizofrénico con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación.
Perogrullesca: perteneciente o relativo a la perogrullada. Verdad o certeza notoriamente sabida.
Plutocracia: gobierno de los ricos.