TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA
Asimetrías
Calderón y la Pobreza
Por Fausto Fernández Ponte
"Mire, si no hubiésemos resuelto lo del Fobaproa el sistema bancario se habría caído y perdido todos", nos dijo por respuesta, palabras más, palabras menos, a una pregunta.
Esa pregunta era --igual, vocablos más, vocablos menos-- la de los motivos de que su partido, en la oposición, apoyaba una iniciativa del entonces Presidente Ernesto Zedillo.
"Así evitamos una debacle", insistió don Felipe, vaso con un líquido --que supusimos entonces que era agua--, añadiendo: "De no haberlo hecho, el costo habría sido alto".
El escribidor no recuerda otros detalles de esa conversación casual, que concluyó con un par de respuestas de don Felipe a otras preguntas acerca del mismo tema.
Reconstruyamos esa parte final del breve diálogo habido con el hoy Presidente Electo --espurio, para millones de mexicanos-- y otras personas, posiblemente empresarios.
--¿Costo político o costo financiero? ¿No le parece que el costo alto será para el pueblo de México, en particular los pobres? --se le inquirió, locuciones más, locuciones menos.
Don Felipe sonrió, según la reminiscencia del escribidor, ajustándose sus lentes con su mano izquierda, como si pensara una respuesta apropiada.
--Por supuesto que habría sido un costo político alto --respondió.
Tras breve pausa, luego de darle un sorbito a su vaso, prosiguió (frases más, frases menos):
--No comparto lo que usted dice de que el costo será alto para los mexicanos. Si lo vemos de otra manera, salió barato.
--¿Barato para quién, señor diputado?
A tiempo que escuchaba esta pregunta, don Felipe buscaba con la mirada a algún conocido imaginario en ese salón de recepciones donde había ocurrido el encuentro fortuito.
Y aparentando haber hallado un conocido al otro extremo del salón, hizo un ademán y sonrió a su invisible hallazgo. Ofreció disculpas al escribidor y se alejó, abriéndose paso.
El recuerdo de esta conversación fue detonado por la lectura de ciertos discursos recientes de don Felipe como Presidente Electo ante auditorios muy selectos.
En esas piezas oratorias --tiene buena voz--, el señor Calderón abordó un tema caso a los mexicanos: la pobreza.
En uno de sus discursos, este mandatario electo afirmó que en México hay unos 20 millones de pobres, aserto que contradice la cifra oficial de 50 millones.
Esa cifra oficial, señálese a manera de salvedad, no es confiable, pues otras fuentes --éstas, científicas-- consignan que el número de pobres en México es mucho mayor.
Así, científicos especialistas como Julio Boltvinik, han insistido en que la metodología aplicada por el gobierno para medir la pobreza hace desaparecer a millones de pobres.
Empero, asumiendo sin conceder que el número de pobres que maneja don Felipe es vero, de cualesquier maneras 20 millones son muchos. Es inaceptable tanta pobreza.
La pobreza tiene su propia dialéctica, desde sus causas hasta sus efectos. La interacción de sus componentes y vectores externos tiene consecuencias económicas y políticas.
Esto nos lleva de porrazo a las causales de la pobreza. Si cada mexicano tiene que pagar unos ocho mil pesos por esta deuda, la del Fobaproa, que no es suya, la pobreza aumenta.
Y aumenta no sólo en lo cuantitativo, sino también en lo cualitativo: en el contexto macrocósmico de México ocho mil pesos no son muchos. Hay quienes los gastan en fruslerías.
Empero, no es el Fobaproa causal de nuestra pobreza. Es un vector, entre muchos, siendo el principal la forma de organización del poder que origina esas aberraciones.
Como sábese, el Fobaproa y su sucesor, el IPAB, sólo beneficiaron a unos cuantos --banqueros, empresarios y políticos-- y resultó ser el mayor fraude en la historia.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario
Fobaproa: Fondo Bancario de Protección al Ahorro, entidad que dispensó ilegalmente recursos, como rescate financiero, a personas físicas y morales supuestamente afectadas por quiebras fraudulentas.
Fruslería: nimiedad, cosa inútil. Baratijas
IPAB: Instituto de Protección al Ahorro Bancario, ente creado por el Congreso para borrar las huellas de las irregularidades ilegales del Fobaproa.
Asimetrías
Calderón y la Pobreza
Por Fausto Fernández Ponte
I
Hace algunos años, siendo Felipe Calderón diputado federal y líder de la bancada de su partido --Acción Nacional-- en la Cámara, este escribidor coincidió con él en un acto sociable."Mire, si no hubiésemos resuelto lo del Fobaproa el sistema bancario se habría caído y perdido todos", nos dijo por respuesta, palabras más, palabras menos, a una pregunta.
Esa pregunta era --igual, vocablos más, vocablos menos-- la de los motivos de que su partido, en la oposición, apoyaba una iniciativa del entonces Presidente Ernesto Zedillo.
"Así evitamos una debacle", insistió don Felipe, vaso con un líquido --que supusimos entonces que era agua--, añadiendo: "De no haberlo hecho, el costo habría sido alto".
El escribidor no recuerda otros detalles de esa conversación casual, que concluyó con un par de respuestas de don Felipe a otras preguntas acerca del mismo tema.
Reconstruyamos esa parte final del breve diálogo habido con el hoy Presidente Electo --espurio, para millones de mexicanos-- y otras personas, posiblemente empresarios.
--¿Costo político o costo financiero? ¿No le parece que el costo alto será para el pueblo de México, en particular los pobres? --se le inquirió, locuciones más, locuciones menos.
Don Felipe sonrió, según la reminiscencia del escribidor, ajustándose sus lentes con su mano izquierda, como si pensara una respuesta apropiada.
II
--Por supuesto que habría sido un costo político alto --respondió.
Tras breve pausa, luego de darle un sorbito a su vaso, prosiguió (frases más, frases menos):
--No comparto lo que usted dice de que el costo será alto para los mexicanos. Si lo vemos de otra manera, salió barato.
--¿Barato para quién, señor diputado?
A tiempo que escuchaba esta pregunta, don Felipe buscaba con la mirada a algún conocido imaginario en ese salón de recepciones donde había ocurrido el encuentro fortuito.
Y aparentando haber hallado un conocido al otro extremo del salón, hizo un ademán y sonrió a su invisible hallazgo. Ofreció disculpas al escribidor y se alejó, abriéndose paso.
El recuerdo de esta conversación fue detonado por la lectura de ciertos discursos recientes de don Felipe como Presidente Electo ante auditorios muy selectos.
En esas piezas oratorias --tiene buena voz--, el señor Calderón abordó un tema caso a los mexicanos: la pobreza.
En uno de sus discursos, este mandatario electo afirmó que en México hay unos 20 millones de pobres, aserto que contradice la cifra oficial de 50 millones.
III
Esa cifra oficial, señálese a manera de salvedad, no es confiable, pues otras fuentes --éstas, científicas-- consignan que el número de pobres en México es mucho mayor.
Así, científicos especialistas como Julio Boltvinik, han insistido en que la metodología aplicada por el gobierno para medir la pobreza hace desaparecer a millones de pobres.
Empero, asumiendo sin conceder que el número de pobres que maneja don Felipe es vero, de cualesquier maneras 20 millones son muchos. Es inaceptable tanta pobreza.
La pobreza tiene su propia dialéctica, desde sus causas hasta sus efectos. La interacción de sus componentes y vectores externos tiene consecuencias económicas y políticas.
Esto nos lleva de porrazo a las causales de la pobreza. Si cada mexicano tiene que pagar unos ocho mil pesos por esta deuda, la del Fobaproa, que no es suya, la pobreza aumenta.
Y aumenta no sólo en lo cuantitativo, sino también en lo cualitativo: en el contexto macrocósmico de México ocho mil pesos no son muchos. Hay quienes los gastan en fruslerías.
Empero, no es el Fobaproa causal de nuestra pobreza. Es un vector, entre muchos, siendo el principal la forma de organización del poder que origina esas aberraciones.
Como sábese, el Fobaproa y su sucesor, el IPAB, sólo beneficiaron a unos cuantos --banqueros, empresarios y políticos-- y resultó ser el mayor fraude en la historia.
ffernandezp@prodigy.net.mx
Glosario
Fobaproa: Fondo Bancario de Protección al Ahorro, entidad que dispensó ilegalmente recursos, como rescate financiero, a personas físicas y morales supuestamente afectadas por quiebras fraudulentas.
Fruslería: nimiedad, cosa inútil. Baratijas
IPAB: Instituto de Protección al Ahorro Bancario, ente creado por el Congreso para borrar las huellas de las irregularidades ilegales del Fobaproa.
posted by Fausto Fernández Ponte at 3:23 p.m.
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