miércoles, octubre 04, 2006

TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

El Dios de Abascal

Por Fausto Fernández Ponte
I
DIOS, desde luego, no tiene nada que ver en los asuntos terrenales siendo --como es-- una abstracción mental, etérea, creada por los propios humanos para racionalizar su realidad.
Esa racionalización adopta sesgos y giros que recogen, cuales verismos insoslayables, nuestra naturaleza física y mental y cincela incluso nuestra cosmovisión individual.
Ello, desde luego, no se opone a la convicción de no pocos humanos de que Dios es un ser de carne y hueso, poderdador y poderdante, omniciente y omnipresente. Está en todas partes
Y, por supuesto, que está en todas partes, todo lo ve y todo lo oye pues lo llevamos consigo, en nuestra conciencia y en nuestro espíritu. Mas no sabemos que lo llevamos dentro.
Y pensamos, en el imaginario personal y colectivo, que desde las alturas --¿el cielo?-- Dios nos ve, nos escucha y está enterado de todo lo que hacemos.
Y muchas veces --de hecho, con alarmante frecuencia-- lo que hacemos no sería aprobado por Dios, no obstante que nuestras hechuras y quehaceres se realizan en su nombre
Tal es el caso de Carlos Abascal, el secretario del despacho de Gobernación del Presidente de la República, Vicente Fox, quien en nombre de Dios realiza sus deberes.
II
Y uno de esos deberes es, precisamente, el de desatar la furia militar, por aire, mar y tierra, contra el inerme pueblo de Oaxaca que, presumiríase, es blasfemo y descreído.
Esto nos lleva a deambular por los laberintos y pasadizos secretos de la filosofía idealista y concluir que el Dios del señor Abascal no es el mismo de los oaxaqueños insurrectos.
Ese Dios del señor Abascal --en cuyo nombre se desempeña como empresario devenido en mal político-- debe ser un poder muy selectivo y discriminador. Discrimina a los oaxaqueños.
O, por mejor decirlo, el Dios de don Carlos que está en todas partes y todo lo ve y todo lo oye no está en Oaxaca ni todo lo ve ni todo lo oye entre los oaxaqueños.
Tan es así que el señor Abascal tuvo que recurrir al Ejército para que los helicópteros de éste vieran desde el aire --con fotografías-- lo que el Dios abascaliano no ve.
Este es un tema de enorme importancia, pues confirmaría para el horror de los mexicanos --y del mundo-- que estamos a punto de desatar una guerra santa, como en los Balcanes.
O como la guerra entre cristianos contra judíos y, sobre todo, contra musulmanes, a cuyo profeta --Mahoma-- la Cristiandad protestante y católica insulta y profana.
III
Señálese que la Cristiandad ortodoxa, con mucha mayor sensibilidad que la vaticana y protestante, no ha incurrido en el descrédito del profeta emblemático del islam.
Quizá los ortodoxos --rusos, griegos, etcétera-- poseen un registro muy fiel de la realidad, consecuencia de que los dogmatismos no deben obnubilar el sentido común.
Y el sentido común está obnubilado en señor Abascal y su patético jefe, el Presidente Fox, quienes juegan con fuego al imprimirle un cariz religioso a la represión política.
¿Quiere don Carlos (y, por inferencia válida, el señor Fox) una guerra fraticida bajo premisas falsas de que el Dios de la plutocracia mexicana es mejor que el de los oaxaqueños?
No olvidemos que los oaxaqueños --en particular los insurrectos-- son también creyentes en Dios y, diríase, muy fervorosos y fieles, aunque obviamente ese Dios es apolítico.
Ello nos habla de que los insurrectos oaxaqueños poseen un acervo más enriquecido de sabiduría experiencial y sentido común. Ese acervo es mayor que el del señor Abascal.
Este, peligrosamente, manipula un símbolo de hondo raigón en el ser humano, el Dios de cada quien. Debe buscar al Dios de los insurrectos oaxaqueños y desoír al suyo.
O, a fuer de precisos, debe desoir a la Iglesia, a los curas --obispos, arzobispos, cardenales-- que hacen negocios como empresarios (como Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec).
Debe oír don Carlos al dios de los pobres --marginados, explotados, humillados-- que se oponen a su terrible situación. El dios de los ricos vive, pues, con los ricos.

Glosario:

Dios: ser supremo en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo. Deidad a quien dan o han dado culto las diversas religiones.

Insurrectos: levantado o sublevado contra la autoridad pública o el poder cuando éste se ejerce en su agravio.

Obnubilado: nublar. Enturbar la visión.

Poderdante: persona que da poder o facultades a otra.
La Columnita

Oaxaca

Por Santos Oaxaca

CONTINÚA el despliegue de tropas en Oaxaca, aprestándose a un asalto contra la insurrección popular que exige cambios en la naturaleza del poder político en esa entidad federativa.

Al momento de escribir estas notas, los aprestos militares continuaban. El arribo de tropas se realizaba por mar, como para una invasión en territorio enemigo.

Estos hechos dramatizan la estrechez de miras del Poder Ejecutivo federal --y, por inferencia-- válida, el Estado mexicano mismo.

Dramatiza, de igual manera, el desprivilegio de la política como herramienta civilizada para resolver conflictos sociales y superar éstos de buena fe.

Pero el despliegue militar, dispuesto a reprimir a ciudadanos desarmados pero organizados, nos ofrece un escenario lamentable porque preconiza la violencia.

Trataríase aquí de la violencia del Estado como forma de hacer política, lo cual es negar la esencia vera --la razón de ser-- del quehacer del Estado

Ese quehacer es político centralmente, pero su no ejercicio nos descubre una realidad lacerante: en el Estado mexicano no hay estadistas. No hay hombres de Estado, pues.

Ese repudio al uso de la fuerza como forma de hacer política le fue expresado el martes en la Cámara de Diputados al propio Carlos Abascal, secretario de Gobernación.

Este funcionario --miembro del gran empresariado mexicano-- se mostró indiferente a las expresiones del repudio y rechazo a la acción militar. Matizó, pero no convenció.

Y no convenció porque las razones de ese asalto militar --que podría ocurrir esta misma madrugada-- tienen un obvio carácter represivo. Es un mensaje a todo el país.

Es un mensaje a un México crispado por la crisis del poder y de la sociedad misma. Es acercar la cerilla encendida a una yesca lista para arder más de lo que ya arde.


Infiernillo

Slim

Por Faustófeles

CARLOS Slim no quiere el cambio
--afirma su amigo El Peje--
dado que es de la élite eje
es factor del contracambio.
TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Oaxaca: la Desmemoria

Por Fausto Fernández Ponte

I
EL poder constituido en México se apresta, mediante el despliegue del Ejército movilizadas por mar, a reprimir "pacíficamente", según sus voceros, al pueblo de Oaxaca.

¿Motivo? El propio Presidente de la República --emblema formal de ese poder constituido-- lo describió ayer: el pueblo oaxaqueño no acepta dialogar con él.

Ese motivo antójase pueril. ¿Por qué? Porque, amén de esa negativa a dialogar esgrimida por el Presidente, existe otra causal: el pueblo de Oaxaca es transgresor de la ley.

El pueblo oaxaqueño es, pues, delincuente. Ha delinquido al exigir la reivindicación de sus derechos, escamoteados éstos por el hampa local de la política. Una plutocracia.

El Presidente y, por inferencia válida, el Estado mexicano mismo, tan divorciado de la realidad y del pueblo, registra la crisis oaxaqueña desde una perspectiva estrechísima.

Cierto. Un cúmulo de indicios apunta hacia un registro distorsionado de la realidad oaxaqueña en el poder plutocrático. Piensan que la insurrección popular no es tal.

Y, bajo esas premisas falsas, el poder plutocrático federal y local asume, equívocamente, que esa insurrección es sólo un grupúsculo de maestros revoltosos.

II

Pues, sí. Esos maestros son revoltosos porque están en revuelta, apoyando --a estas alturas del conflicto-- por obreros y campesinos y hasta taxistas de Oaxaca.

Ello observose con nitidez en el espectacular ridículo en el que incurrieron los empresarios locales al convocar a una manifestación masiva contra los "revoltosos" Nadie acudió.

Y nadie acudió porque el pueblo oaxaqueño no cree en la honestidad del gran empresariado ni en los medios difusores de éste. Intuye que los ricos quieren seguir gobernando.

Esta realidad --la de que los ricos quieren seguir gobernando y, ergo, saqueando impunemente a México-- nos lleva a la vera naturalerza de esta convulsión social.

Para empezar, la convulsión social no se registra sólo en oaxaca, sino en todo el país, aunque es en el ámbito oaxaqueño en donde alcanza mayor dramatismo.

El poder constituido --el de los ricos, el de la plutocracia, reitérese-- piensa erróneamente que es más práctico apagar el fuego que las causas del incendio.

Esa es la secuela de una cosmovisión miope pues busca mediante un efectismo dudoso dar una lección de escarmiento a quienes en otros estados alientan inquietudes de lucha.

III

Esa es la racionalidad del despliegue militar que el Poder Ejecutivo --reitérese que éste es el Poder insignia del Estado mexicano-- realiza ominosamente en Oaxaca.

Ese despligeue tiene, por lo pronto, en una primera fase, un alcance disuasivo y, por lo tanto, intimidatorio. Trátase, pensamos, de inducir miedo en el pueblo oaxaqueño.

El carácter disuasivo tiene, por añadidura, un alcance que trasciende el confín oaxaqueño. Es un mensaje a las corrientes populares de Guerrero, Veracruz y Puebla.

En esos estados hay una evidente agitación social. De hecho, en Guerrero se creó ya la Asamblea Popular del Pueblo, o APPO, no muy distinta de la misma que existe en Oaxaca.

Por su parte, la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) es una expresión organizada de los estamentos sociales medios hacia abajo, los mas dañados por el poder.

La represión militar que prepara el Estado plutocrático confirma que sus personeros carecen de memoria histórica. Esa desmemoria los está llevando a la comisión de un gran crimen.

Ese crimen por ocurrir, a la vista de todo el mundo, tiene agravantes morales, éticas y, en general, deontológicas. La mayor agravante es que la represión es fríamente premeditada

Glosario:

Deontología: ciencia o tratado de los deberes.

Insignia: señal, distintivo o divisa honorífica.

Plutocracia: gobierno de los ricos.
TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

¿Qué Hará Calderón? (2 de 2)

Por Fausto Fernández Ponte

I
EL Presidente Vicente Fox presidió durante seis años una operación colosal de traspaso y arriendo de México a ciertos particulares poderosos mexicanos y extranjeros.

Y con la elección, el Presidente Fox ha logrado continuar mediante su sucesor que esa cesión sin cortapisas, inconstitucional y definitivamente antisocial.

Para ello, como ya es sabido, dispuso que las instancias electorales del Estado realizaran y avalaran mediante manoseo y transvestismo leguleyo un grotesco fraude electoral.

Esas instancias electorales --el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación-- manipularon y validaron los comicios.

Y Felipe Calderón fue declarado Presidente Electo, cuya investidura es considerada espuria por millones de ciudadanos convencidos, ante evidencias, de la comisión de un fraude.

Lo aberrante del caso es que el propio TEPJF reconoce la comisión del fraude, pero, no obstante ello, resolvió validar la elección y declarar Presidente Electo al señor Calderón.

Durante ese proceso sucesorio, el señor Calderón --con el apoyo del gran empresariado mexicano y consorcios trasnacionales-- realizó una campaña mediática de odio.

Ese odio persiste. La campaña fue financiada por el gran empresariado (Bimbo, Coca Cola, Pepsi, Wal-Mart, Televisa, BBVA, Bachoco, MegaCable, Banamex, Santander, Kimberly, etc.)

II

En tal campaña se describió a Andrés Manuel López Obrador como una persona peligrosa --por "populista"-- y "un peligro para México". La campaña fue intensa, de bombardeo.

En la campaña intervino bajo varias modalidades públicas y obrepticias el propio Presidente Fox, violando flagrantemente la ley. El IFE jamás sancionó esa injerencia.

También hubieron desvíos de vastos recursos del Poder Ejecutivo dispuestos por el Presidente, en cínico afán de proselitismo y clientelismo a favor de don Felipe.

Mediante esas prácticas, el señor Fox aseguró la continuidad de un proyecto de poder que durante 24 años ha cedido con largueza la rectoría del Estado a particulares.

El propio señor Calderón ha dicho que ese proyecto de país se extenderá hasta la década de los treinta, en este siglo, lo que nos recuerda asertos de Carlos Salinas en ese sentido.

Esa largueza se inspira en la filosofía del neoliberalismo que, en su turno, justifica la rapiña de los consorcios trasnacionales bajo la guisa de una selectiva globalización.

Ese poder de las trasnacionales es omnipresente y tiene un alcance horizontal, vertical e inclusive transversal. El Estado estadunidense, por ejemplo, es dominado por ellas.

Y, como obsérvase dramáticamente obvio, el poder trasnacional domina, así mismo, al Estado mexicano, en complicidad con el gran empresariado local.

Estos han creado, así, un gobierno propio. La plutocracia en México es un hecho insoslayablemente fáctico, abrumador por su verismo. Es el gobierno de los ricos, no de los pobres.

III

Este marco contextual nos anticipa que el señor Calderón gobernaría --si es que el pueblo lo deja gobernar-- con la misión de continuar sin alteraciones el proyecto neoliberal.

Y el mismo marco contextual --las condiciones objetivas-- nos señala que don Felipe no podrá aplicar con la eficiencia deseada por los intereses que representa su proyecto de país.

Tendrá, pues, el el llamado Espurio limitaciones y dificultades para la continuidad cabal, al cien por ciento, de la entrega de México a trasnacionales de EU y España.

¿Por qué? Por lo siguiente:
1) La profunda movilización social que se emblematiza en el liderato del señor López Obrador ya es contrapeso moral, crítico y vigilante de cómo ejercería don Felipe el poder.

2) Ese contrapeso popular tiene expresiones trascendentes: por un lado, el ágora --la calle y la plaza pública-- y, por otro, la composición del propio Poder Legislativo.

3) Otra vertiente expresiva trascendente del contrapeso de la movilización social es la Presidencia Legítima --moral-- de don Andrés Manuel y su gobierno espejo.

4) Una expresión adicional es el Frente Amplio Progresista, que coaliga a tres partidos políticos y una miríada de organizaciones sociales y políticas.

¿Qué significado representa ese escenario prospectivo probable? Que en gran medina --medida epiceno--, el señor López Obrador gobernará también en México.

Glosario:

Asertos: afirmaciones.

Clientelismo: clientela política.

Epiceno: común.

Neoliberalismo: doctrina que concede al Estado un papel muy limitado en asuntos jurídicos y económicos.

Proselitismo: celo de ganar prosélitos.