martes, noviembre 28, 2006

PUNTO DE VISTA

¿Traicionó Cuauhtémoc Cárdenas al

Movimiento Democrático de

Izquierda? (Parte Uno)

Por José Angel Miramontes Cordero

OBVIAMENTE, la respuesta a este candente cuestionamiento tiene sus asegunes, dijera el ranchero. Habrá quienes digan que sí –creo que la mayoría--, pero habrá, lógico, quienes opinen lo contrario –que creo que, en estos momentos, son minoría--.

La polémica la desató la escritora Elena Poniatowska, personaje muy cercana a Andrés Manuel López Obrador (AMLO), cuando el pasado 10 de septiembre la famosa escritora señaló en entrevista para La Jornada, entre otras cosas que por envidia, Cárdenas y el Subcomandante Marcos no habían apoyado a López Obrador.

En el transcurso de esa misma semana, dolido, Cuauhtémoc, bajo inserción pagada dio respuesta a lo comentado por Elenita. En su contestación el tres veces aspirante presidencial por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), niega ser envidioso y menciona que los errores de AMLO fueron los que lo llevaron a la derrota el pasado 2 de julio.

Considero que en su extensa carta, el Ingeniero lo único que trata es de justificar lo que no tiene justificación. No puede ocultar la realidad. Para Poniatowska y para muchos millones de mexicanos que coincidimos y apoyamos el Proyecto Alternativo de Nación de Andrés Manuel, Cuauhtémoc Cárdenas es un grandísimo traidor al movimiento de izquierda de nuestro país.

Me parece que sus razones no son de peso suficiente como para haberse sustraído del enrome compromiso --consigo mismo y con la historia-- de estar al lado del candidato representativo de la izquierda y el que tenía las más amplias posibilidades de triunfar en la elección presidencial. Su liderazgo moral ganado a pulso en el PRD a base de tesón, de incesante lucha, lo tiró al cesto de la basura, lo destrozó con sus propias manos, como una fiera herida lo hace con un guiñapo entre sus garras.

Creo que Cuauhtémoc llevado por su envidia, por su rencor, por su despecho de verse desplazado del pedestal en que se encontraba en las filas del partido del Sol Azteca, no fue capaz de percibir, de comprender que en ese momento los reflectores, la estrella más refulgente de la política en nuestro país era Andrés Manuel López Obrador y, por ello, había que estar a su lado, había que demostrar que él era un verdadero demócrata, había que poner toda su larga experiencia al servicio de la causa por la que él siempre ha luchado y siempre ha creído. Pero no, lejos de hacer lo anterior, no tan sólo se aisló, sino que en lugar de establecer compromisos con sus compañeros de partido –y con su candidato-- increíblemente acuerda con el gobierno foxista, con el enemigo acérrimo de AMLO, el hacerse cargo de los festejos del bicentenario de la lucha de independencia y del centenario de la revolución mexicana. ¡Qué barbaridad!

Todos los que hoy alaban a Cárdenas, lo adulan y apapachan, son los mismos que en las tres veces que fue candidato opositor despotricaban en su contra. Los que lo catalogaban, al igual que a López Obrador, como una amenaza, como un peligro para sus privilegios. ¿Acaso no tiene el michoacano memoria histórica? O quizá el Alzheimer ya esté haciendo estragos en su septuagenario cerebro.

Lo que sea, lo que haya sido, pienso que a C.C. le faltó la humildad, la generosidad que en su momento tuvo un personaje que demostró con creses ser un verdadero hombre de izquierda: don Heberto Castillo Martínez, quien en 1988 siendo aspirante presidencial por el Partido Mexicano Socialista, declinó a favor de Cárdenas, quien en ese entonces era candidato del Frente Democrático Nacional.

Quienes lo ven ahora como un "verdadero político de izquierda", "moderado", "moderno", lo dicen porque saben bien que ese es el tipo de izquierda modosita que el neoliberalismo requiere para seguir subsistiendo.

Estoy convencido que, como C.C. no representa ningún peligro para el statu quo local, como es un cartucho quemado, sin pólvora, como un cuchillo amellado, sin el empuje ni el carisma de AMLO, por eso los yunquistas lo exaltan, a sabiendas de que lo que dicen lo hacen sólo de dientes para afuera. El foxi priísmo lo quiere revivir y C.C, al dejarse querer, sólo hace el ridículo.

Qué lástima que la trayectoria política de Cárdenas termine tan ignominiosamente como lo está haciendo: en los brazos de la derecha reaccionaria que tan fieramente combatió, incluso, hasta a su propio padre. Esa si es una verdadera traición.

Reitero, no fue capaz de ponerse de acuerdo con su partido y si fue capaz de ponerse de acuerdo con los enemigos de la organización política que él fundó. Cambió su lugar en la historia como un demócrata, por un puesto de amenizador de festejos patrios. ¡QUE PENA CUAUHTEMOC!

Opiniones, críticas y/o sugerencias a este artículo a: profemira@hotmail.com




TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Asimetrías

Oaxaca

Por Fausto Fernández Ponte

I
VICENTE Fox --o, por mejor decir, su secretario del despacho de Gobernación, Carlos Abascal-- midió los tiempos. No más tolerancia con los oaxaqueños, dijo el segundo.

Y al cesar la tolerancia se aposentó su contraparte --su correlato--, la intolerancia, que ha sido el signo del sexenio foxista y de los que le precedieron.

Así, midiendo los tiempos -- cinco días antes de la trasmisión de la titularidad del Poder Ejecutivo a Felipe Calderón-- el señor Fox (y el señor Abascal) actuaron.

En efecto. Actuaron con los emblemas de la intolerancia: el empleo de la fuerza y, por ende, de la violencia, para someter a quienes ejercían un derecho histórico.

Ese derecho es la demanda de que el Estado --y el gobierno que lo representa-- diseñen y apliquen políticas orientadas a satisfacer las nececidades básicas del pueblo.

Ese derecho implica también la exigencia popular de que los personeros del Estado mexicano se desempeñen en congruencia con ese imperativo de servir al pueblo.

Y ese derecho significa que el Estado y el gobierno estén conformados por el pueblo. Es decir, que ambas expresiones de poder sean el pueblo. Que el pueblo gobierne.

También comprende ese derecho histórico que los gobernantes sean precisamente parte del pueblo y no de la élite del poder devenida en plutocracia voraz y egoísta.

II

Ese derecho es, asi mismo, el de la protesta pública y la defensa contra el empleo de la violencia del poder para resolver conflictos sociales y políticos de profundo raigón.

Ese raigón es el de la desigualdad económica --ergo, la violencia económica--, la injusticia social y la iniquidad del poder en el ejercicio de potestades constitucionales.

Tales potestades constitucionales son únicamente las de atender las demandas sociales, sino de resolverlas conforme a una filosofía enunciada por la Historia y la Constitución

La filosofía de la historia señala que los anhelos populares, si ignorados, frustrados o negados --como en México-- se traducen en luchas del pueblo. Históricas.

Y esa misma filosofía de la historia se expresa en nuestra Carta Magna, la cual manda inequívocamente salarios justos, prestaciones justas y satisfactores para el pueblo.

Esto nos lleva al tema de la solución de conflictos como el de Oaxaca. La solución le ha sido dada por la Historia y la Carta Magna al Estado mexicano y al gobierno foxista.

Y esa solución es, precisamente, acatar la Historia y la Constitución. ¡Qué exigían los maestros y, luego, el pueblo de Oaxaca mismo en solidaridad con aquellos!

Exigía salarios justos. Prestaciones justas. Condiciones laborales justas. Certidumbre laboral. Democracia sindical. Autonomía en la gestión de sus propias actuaciones gremiales.

III

Los pueblos de Oaxaca exigían, de igual guisa, un gobierrno que les representara verdaderamente, de allí que exigieran la salida del actual gobernador, Ulises Ruiz.

El señor Ruiz es un notorio hampón de la política priísta, abanderado vero de la cultura de la premeditación, la alevosía y la ventaja en el ejercicio del poder.

Este gobernador fue elegido hace casi dos años bajo dudosísimas circunstancias y desde el momento en que asumió la investidura se dedicó a antagonizar a sus gobernados.

¿Por qué el Estado mexicano (y la instancia legislativa del Senado) y el Gobierno foxista resolvieron desestimar la Historia y la Constitución y aplicar la intolerancia?

¿Y por qué, al aplicar intolerancia, violencia y reprimir brutalmente a los oaxaqueños el Estado y el Gobierno optan por una solución políticamente costosa y, por ello, inviable?

Tratemos de entender la lógica del Estado mexicano y del Gobierno foxista. La solución de intolerancia, violencia y represión no resuelve ni pospone el conflicto. Sólo lo atiza.

Supondríase que las premisas mayores y menores de la lógica del Estado y del Gobierno foxista se nutre de un móvil subyacente en sus entrañas: temor --y terror-- al pueblo.

A ese pueblo --no sólo el de Oaxaca, sino de México--, el Estado mexicano y el Gobierno foxista no ven como mandante supremo, histórica y constitucionalmente, sino como inferior.

faustofeles1@yahoo.com.mx
http://www.diariolibertad.org.mx
http://elgritodelpueblo.blogspot.com


Glosario:


Prestaciones: la que lña seguridad social u otras entidades otorgan en favor de sus beneficiarios, en dinero o en especie, para atender situaciones de necesidad.

Raigón: raíz de las muelas y los dientes.
INFIERNILLO

Gabinete

Por Faustófeles


El gabinete social
es totalmente panista
y eso nos da buena pista
de un gabinete Fecal.

EDITORIALITO

Cero y van Dos...

Por Edi Torcito

A la designación de un notorio torturador --Francisco Ramírez Acuña-- como secretario del despacho de Gobernación del Presidente Electo Felipe Calderón (a quien millones de mexicanos consideran espurio), súmase la de Beatriz Zavala Peniche como titular en Desarrollo Social. La señora Zavala es, para empezar, amiga muy cercana a Margarita Zavala, la esposa del señor Calderón. Mas no sólo eso: Doña Beatriz tiene otros antecedentes negativos que barruntan actuaciones dudosas como secretaria del despacho de Sedesol: es prima de un célebre aprovechado del poder como es Carlos Cabal Peniche, banquero e industrial en el nefasto sexenio salinista y juzgado por sus enjuagues fraudulentos bancarios y financieros. Empero, de ser familiar del señor Cabal no tendría responsabilidad doña Beatriz, pero sí de haberse beneficiado en el colosal fraude del rescate bancario del Fobaproa --Fondo Bancario de Protección al Ahorro-- realizado por una pandilla de políticos, empresarios, dueños de bancos y casas de bolsa y financieras encabezada por el propio Presidente Ernesto Zedillo en agravio del pueblo de México. Los mexicanos estamos pagando ese fraude --del orden de 35 mil pesos (o más) por cada habitante, si incluimos intereses--. Es obvio que el Presidente se está rodeando de hampones. Ya sabemos lo que nos espera.
TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

Sobre la Brecha

Autorismo, Militarismo o Antimilitarismo


Por Andrés Amador Mena


EL editorial de Diario Libertad (www.diariolibertad.org.mx) con fecha 27 de noviembre de 2006 e intitulado Contra el Pueblo de Oaxaca donde se vaticina una polarización mayor, más profunda y más ancha, que es decir, un crecimiento exponencial de los conflictos, me ha traído a la memoria el extraordinario libro de Gustavo Cantón intitulado "Napoleón Antimilitarista", en donde se plantea con una gran lucidez la perspectiva napoleónica sobre el autoritarismo, el militarismo y el antimilitarismo.

El militarismo, nos dice este historiador y profundo admirador de Napoleón Bonaparte, es la antesala donde se amasan y se incuban nuevas revoluciones y nuevas guerras, por lo cual es preciso respetar y admirar el espíritu militar en su alta concepción ciudadana, y relegar el militarismo a su función inferior.

Antimilitarismo, prosigue Cantón, no es antimilitar, no significa antimilitar, porque el ejército es el brazo armado de la Patria y el espíritu militar es devoción, abnegación, sacrificio dedicado al servicio de la Patria, de la Nación.

Entre el militar y el militarista la diferencia es la siguiente: el militar pone la fuerza al servicio del derecho, y el militarista pone ésta al servicio de su ambición, de sus intereses o de sus apetitos.

Asimismo, apunta Cantón, los militares no tienen de la justicia más que una noción somera e inhumana, y por ello todo lo quieren despóticamente, siendo el interés personal el fin esencial y exclusivo y la fuerza su medio.

Conocedor profundo de los hombres y de la historia de todos los pueblos de la tierra, Napoleón sabía que todo desorden proviene de la carencia de leyes, y que éstas no son más que el trasunto fiel de las necesidades que la vida y el progreso imponen en su marcha incesante.

No tenía por ello admiración por los legisladores del Directorio que dictaban las leyes cuando la necesidad había pasado, y por ello, estaba convencido de que la ley no tiene valor ninguno si no se adelanta a la necesidad que llega, y que el orden interno de una nación nace del acierto en preparar la solución adecuada a la necesidad que avanza.

Reestableceré el orden, decía Napoleón, o dejaré de mandar, y conciente de la importancia de la disciplina y de la honorabilidad decía a sus soldados que era menester respetar a los pueblos libertados, pues de otra manera no serían sus libertadores, sino su azote, y las victorias, y el valor, y los triunfos y la sangre de todos los hermanos muertos en la batalla, todo eso se perdería, todo, que es decir, hasta la misma gloria y el honor.

La paz duradera, consideraba este hombre estelar de la edad contemporanea que comienza con la Revolución Francesa en 1789 y que posiblemente concluye con la caída del Muro de Berlín doscientos años después, sólo será posible hasta que los pueblos se unan en una sola mano, pues, no hay en el mundo ideas nuevas, y las instituciones políticas, una y otra vez, sin cesar, no hacen sino girar en círculo y con frecuencia es preciso volver al pasado.

Señalo lo anterior en esta hora dramática de la vida nacional que en algún momento los errores de propios y extraños podrían transformar en una dolorosa hora trágica, porque durante siglos, como bien escribió la mexicanóloga M. Delal Baer, México ha oscilado entre largos periodos de gobierno autoritario y periodos mortales de conflictos sociales, y porque tras el colapso del sistema político autoritario en el año 2000 o en 1994 si queremos ser más precisos, lo que ahora estamos viendo es un periodo precisamente mortal de conflictos sociales cuya salida no encontraremos ni por la vía del autoritarismo o del militarismo en cualesquiera de sus facetas, sino por la vía del antimilitarismo, que es decir, la vía cívica, política y constitucional, excelentemente sustentada en los principios generales de derecho, a saber, libertad, igualdad, justicia y equidad.

Bien lo decía Napoleón Bonaparte: "Yo no Gobierno como general, sino porque la Nación cree que tengo las cualidades civiles propias de un gobernante, y si la Nación no tuviera ese criterio mi Gobierno no se sostendría jamás".

visiondeestado@hotmail.com
TEMA TRASCENDENTE DEL DÍA

La Educación Náutica,
Sin Buque Escuela








Por Hugo Sergio Gómez


LA falta de cultura marítima parece un mal endémico de la clase gobernante de nuestro país. El vacío, si bien es intolerable, se acentuó aún más en el presente sexenio cuando en 2001 de la Ley de presupuesto se quiso excluir la educación marítima y desaparecer el Fideicomiso que administra su raquítico patrimonio.

Una iniciativa que, si bien se revirtió por la movilización de sindicatos y cuerpos Colegiados, dejó graves secuelas que en la actualidad se resumen en un solo hecho: México carece de un barco escuela dónde educar en su fase práctica a los futuros oficiales mercantes, y ante la ausencia ya de barcos mexicanos para tráfico internacional, existe el riesgo de educar marinos sólo para la navegación doméstica. O bien, recurrir a la muy en boga práctica virtual.

Los contrastes en los fondos que se destinan para la educación marítima nacional son enormes. Por un lado, el gobierno federal, según datos aportados por el Capitán Sebastián Calderón, hoy en día Presidente de la Comisión de Marina del Senado, destina para la Escuela Naval Militar 250 millones de pesos mientras que para las tres escuelas náuticas del país sólo 86, mismos que en su mayor parte son para el pago de la burocracia.
La Ultima Travesía del Primero de Junio
Ahondando en el ayer veríamos que el Primero de Junio fue célebre para varias generaciones de oficiales; un icono del quehacer marinero que parecía conservar el halo romántico de los viejos cruceros. Era un barco de pasaje y carga construido en los años 50 que se llamó de origen Monte Anaga, donde ya por el abandono las ratas pululaban por doquier. Yo lo conocí en diciembre de 1978.En un viaje de prácticas, cuando tenía aún la mira puesta en alta mar.

Fue en Salina Cruz, Oaxaca. Una noche, en que tras recorrer las sinuosas calles del puerto apareció ante nuestros ojos aquel espectro que parecía haber salido de la imaginación de Joseph Conrad.



Las sombras de la noche daban un toque lúgubre aquel gigante que agonizaba sobre las aguas calmas de la bahía. El barco estaba en tinieblas y en el departamento de máquinas había un silencio sepulcral.

Zarpamos una tarde de enero, cuando el sol caía a plomo sobre la cubierta principal. Su afilada proa arrumbada hacia el mar de Cortés parecía abrir la inmensidad del océano Pacífico ante nuestros ojos mientras que el burbujeo de las aspas al acuchillar las olas empujadas por el brío de los 7,300 caballos de fuerza del motor Zulser desplazaba el barco a razón de 15 nudos y dejaba tras de si largas estelas.

Lento cruzó las escolleras accionando el silbato mientras veíamos un gran numero de chicas que emotivas gritaban agitando pañuelos a lo alto de las escolleras. Muchas nunca más las volveríamos a ver.

Como enfermo terminal, teníamos en observación el motogenerador de estribor. Un viejo Rustom de 730 caballos de fuerza acusaba altas temperaturas y preocupante disminución en la presión de aceite que había encendido ya las luces de alerta en la oficialidad.

Ya casi al llegar a puerto movilizó a toda la guardia un chirrido agudo, seguido por el impacto de una bola incandescente que salió por una de las tapas del carter.

El motogenerador se había desbielado, abriendo un boquete de más de treinta pulgadas en el monoblock al mismo tiempo que salían disparadas como una bala de cañón las rebabas que la fricción a falta de aceite arrancó del cigüeñal.

Zarandeado y azotado por la borrasca del mar de Cortés llegó el Primero de Junio a San Carlos, Baja California Sur.

Un solo generador que tendía a fallar alimentaba todos los circuitos de la embarcación que funcionaba de manera parcial. Así quedó anclado frente a la bahía en espera de los remolcadores que horas más tarde lo condujeron al muelle.

Fue su último viaje con estudiantes a bordo. Después de ahí, medraría a remolque de muelle en muelle, como un viejo estorboso que dejara escrito su epílogo en el ágora marítima.


Las Frivolidades de López Portillo

El expresidente José López Portillo quiso construir desde su megalomanía un país de marinos. Hombre frívolo y amante de los deportes extremos buscó en Washington a don Fausto Fernández Ponte para hablar de velerismo.

Don Fausto Fernández Ponte, es uno de los periodistas más respetados de México, que heredó de sus antepasados españoles el arte de la navegación con vela.

Fungía en la capital estadunidense como corresponsal del viejo Excélsior y complementaba sus ingresos transportando estas naves por las aguas calmas de la Unión Americana.

En plática informal me reveló este detalle: el expresidente estaba molesto con los oficiales de la Armada de México porque descubrió que no sabían navegar utilizando la fuerza del viento.

Vivía una desilusión después de haber solicitado al secretario de Marina en turno una tripulación completa para llevar de San Diego a Acapulco un velero recién adquirido que bautizó como Quetzalcoatl.

Ante la negativa, supo que los marinos mexicanos eran ajenos a este viejo arte, propio de los navegantes del Mediterráneo. Con impotencia se vio obligado a contratar una empresa norteamericana para esta maniobra.

Sin más referencias, en 1980, López Portillo mandó construir a los astilleros Celaya de España, un gran velero que bautizó como Cuahutémoc, el cual hoy se pasea por todo el mundo con los oficiales y marinería de las fuerzas navales, participando en torneos y regatas Internacionales: su único fin es fomentar las buenas relaciones de México con otros países.


La visión marinera en ese sexenio era asaz optimista. Se veía al país con grandes necesidades de marinos y se escindió la Dirección de Marina Mercante de la Secretaría de Marina colocándola en la SCT.

Se calculaba que tan sólo en el periodo 1979 a 1990 se abanderarían 125 nuevos buques de Altura. México necesitaba marinos con urgencia formados con una visión mercantil.

Así se sustituyó en 1981 el viejo Primero de Junio con el Náuticas México, construido en Holanda. Un novedoso buque que navegaría por todo el mundo con 200 estudiantes abordo: una verdadera aula flotante dotada de los mayores adelantos que se financiaría con los fletes que consiguiera bajo el control del Fideicomiso que administra las Tres Escuelas Náuticas (FIDENA).

Según refiere a este Diario, el Capitán Guillermo Parra Abello, expresidente del Colegio de Marinos de Tamaulipas y activista en pro de la reactivación marítima. Sexenio tras sexenio el buque escuela fue mal administrado por una burocracia voraz hasta quedar inservible y añade exaltado:

-Por ahí llegó al FIDENA un señor de apellido Corres. Que era muy amigo del Coordinador. Un verdadero sinvergüenza. Si le daban para el barco 7 u ocho millones de dólares, era mínimo lo que le invertía, además de que se hacían reparaciones muy encima del costo real.

Al abundar en la información Parra Avello señala que no se puede tener un buque escuela que se mantenga sólo de los fletes, ya que el mercado marítimo tiene imponderables que se tienen que absorber como los cambios de rutas: -Imagínate, agrega, que el barco está en Europa y tiene que regresar a México sólo para bajar los alumnos ¿Cuánto cuesta? Además de que el gasto para la consecución de los fletes es enorme: Necesitamos un barco escuela que sea exclusivo para la educación

Según refiere el Director del FIDENA, Gil Ubaldo Ramírez a este diario, él tomo la decisión de amarrar el Náuticas México y agrega:

-Ante el escaso presupuesto que se destina, había de decidir entre el buque y la formación de oficiales. Se tenía que subsidiar los gastos operativos con más de 30 millones de pesos al año y de seguir simplemente no alcanzaría para Escuelas Náuticas.

Como colofón el funcionario agrega: "para reemplazar el barco escuela se ha propuesto dos alternativas a los Diputados y Senadores. Una contempla la adquisición de un buque tanque que cuesta entre 60 y 70 millones de dólares, el cual sería construido si la paraestatal garantiza un contrato multianual.

El otro tiene un costo de 20 millones de dólares y significaría comprar un pequeño barco escuela adecuado sólo para la educación. Mientras seguiremos entrenando a los marinos con tecnología virtual.

Preparar gente para las labores del mar, se requiere sintonizar la teoría con la práctica. Está escrito en los acuerdos internacionales que México ha formado para el efecto.

Tal vez se puedan simular condiciones técnicas de situaciones predecibles Pero, ¿cómo crear en el individuo la entereza sicológica para soportar la vida marinera? Tiene que ser navegando.

Hoy en día México no tiene un solo barco para tráfico internacional. La industria marítima está desamparada. Si el país no invierte en una formación marítima integral se corre el riesgo de quedar atrapados en el mar virtual simulando que se tripulan buques de los que quedan sombras en las pantallas de un ordenador.